Opinión

Más que una mesa

Recientemente hablábamos sobre la puesta en escena del encuentro en Barcelona entre Quim Torra y Pedro Sánchez. Aludíamos a la parafernalia dentro de los parámetros protocolarios -recepción, bienvenida, salutación, rendición de honores, marco de reunión, enseñas…-, pues bien, hoy haremos referencia al nuevo encuentro producido entre ambos mandatarios, si bien esta vez fue en Madrid, en otro palacio, el de la Moncloa, y ambos acompañados por miembros-miembras de sus respectivos gabinetes. Esta reunión ha sido con motivo de la constitución de la mesa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat, uno de los compromisos adquiridos por el actual jefe del Ejecutivo español para obtener el respaldo a su investidura y ahora gestión de gobierno por parte de los independentistas catalanes. 

Pues bien, en este caso no hubo necesidad de tanto aparato, sino que más bien fue una escenificación gestual, sin alfombra roja ni rendición de honores. Estaba todo meticulosamente estudiado para que la delegación invitada se sintiese cómoda, lo que por otra parte es siempre el propósito de un buen anfitrión. Los movimientos fueron diseñados con esta finalidad. Desde el mismo instante en que pisaron los jardines hasta que se formó la mesa.

Se organizó una comitiva hasta que llegaron finalmente a la entrada principal del Palacio de la Moncloa. Se conformaron grupos mixtos entre representantes de la Generalitat y del Gobierno y, por supuesto, el anfitrión, esto es, Pedro Sánchez, aguardaba a su invitado de honor, el señor Torra. Nada quedaba al albedrío o la improvisación. Eran los preliminares del encuentro que se celebraría a continuación en sala Tapies -antes Salón de Tapices-. Ambas delegaciones cara a cara, como corresponde a cualquier mesa de negociación, y ambos máximos dirigentes uno frente a otro y rodeados por sus ministros y consejeros, estos dotados de sus “elementos identificativos”, tales como lazos amarillos y chapas. Un clásico.

Y como colofón y máximo honor, el presidente del Gobierno de España invitó al dirigente catalán a que compareciese ante los medios de comunicación en la sala de prensa, un espacio reservado al presidente del Ejecutivo y a algún mandatario internacional, pero que no es habitual que se ceda al titular de una comunidad autónoma. Eso sí, con las banderas de España y Cataluña como testigos mudos de este encuentro, aunque tampoco hubiese sobrado la bandera de Europa, a fin de cuentas España y Cataluña forman parte de la UE.

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