Opinión

Normalidad, tal cual

Es indudable que esta pandemia del covid no sólo está dejando huellas sanitarias, sino también sociales, económicas y… lingüísticas. Durante este periodo de tiempo transcurrido desde que los ciudadanos estamos condicionados al modo de vivir que está provocando aquélla y, consecuentemente, asistimos a un periplo de innovaciones con el que tenemos que convivir y que otros nos pautan.

En concreto y en relación con los “inventos” del nuevo “lenguaje covid”, el Gobierno se ha empecinado en introducir en nuestra conversación cotidiana expresiones como “nueva normalidad”, “desescalada” o “cogobernanza”, amén de otras cuyo significado resulta más inteligible y que se prodigan tanto en medios de comunicación como entre ciudadanos, y aparte de la nefasta palabra pandemia, proliferan fases, confinamiento, movilidad, distancia social, rebrote, asintomático, contención, contagio, asimétrica, restricciones, vulnerables, flexibilidad…

En relación con la “nueva normalidad”, de la que ya disfrutamos en Galicia, se nos antoja como una redundancia. La normalidad siempre es normalidad, ya sea nueva o vieja. Si nos acogemos a lo que se dice en el DRAE: “Cualidad o condición de normal. Volver a la normalidad”. Por ello, es obvio que le sobra lo de “nueva”. Se trata tan sólo de volver y en ello está que nos depare lo mismo que antes de la pandemia, cada cual con su vida laboral o profesional, social, convivencial… “Es importante que así sea, que el Gobierno de España y su Ministerio de Sanidad tomen las decisiones para garantizar un proceso de transición a la nueva normalidad coherente en toda España”, así se recoge en el “Plan para la transición hacia una nueva normalidad” elaborado por el Gobierno y fechado el 28 de abril. Sin embargo, en el mismo texto luego se explica “la incorporación de criterios sociales en la toma de decisiones es importante para limitar las posibles consecuencias negativas que la enfermedad, las medidas de confinamiento y la recuperación progresiva de la normalidad, puedan tener en determinados colectivos particularmente vulnerables”. Pues eso mismo, prevalece recuperar la normalidad sin necesidad de que sea nueva.

Y luego están los “palabros” que no reconoce ni el DRAE como tales expresiones: desescalada y cogobernanza. Si lo consultamos ya se nos dice que tales palabras “no están en el diccionario”. Textualmente “el Gobierno de España coordinará el proceso de transición a la nueva normalidad, el denominado proceso de desescalada” y también que “el estado de alarma incorpora la 'cogobernanza' en la gestión de la desescalada con las comunidades autónomas”. Buceando en el ciberespacio, se traduce más o menos como “interacciones y acuerdos entre gobernantes y gobernados, para generar oportunidades y solucionar los problemas de los ciudadanos, y para construir las instituciones y normas necesarias”.

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