Opinión

Pasarela y posados ministeriales

No podemos pasar por alto la “pasarela Moncloa” y que obviamente no se trata de ningún desfile de moda “fashion”, sino más bien nos estamos refiriendo al “posado” -hecho exprofeso, aquí no se trata de ningún “robado”, que suele decirse coloquialmente cuando se fotografía a alguien sin que lo sepa- por parte del nuevo equipo de gobierno de Pedro Sánchez previamente al desarrollo de su primera reunión.

Han sido realmente instructivas las imágenes de dicha “pasarela” pues es evidente que reflejan la personalidad de cada político. El único descorbatado, en coherencia con su más fiel estilo transgresor -exceptuando cuando asiste a la Gala de los Goya a la que le otorga la mayor solemnidad-, ha sido el ínclito líder podemita Pablo Iglesias. Pero es que su coleguilla de formación Alberto Garzón, sí vistió corbata para esta ocasión, aunque en la víspera hubiese acudido sin ella a otro Palacio, el de la Zarzuela, a prometer el cargo ante el rey Felipe VI -que ya no es “ciudadano Borbón”-.

Y si el improvisado “posado” de ministros y ministras fue todo un gesto mediático, nuevamente tenemos que centrar el foco de atención en el flamante vicepresidente segundo, quien con reluciente cartera en mano se fotografió al más clásico estilo “cowboy” -se olvidó las cartucheras en el coche-. Es que para esto del posado también hay que tener estilo y elegancia, puesto que de lo contrario la imagen se vulgariza. Claro que cuando se trata de la llamada “foto de familia” la cosa queda como más disimulada a pesar de que este mismo político sigue esgrimiendo modales rústicos, lo decimos por la posición de sus piernas embutidas en sus tradicionales pantalones vaqueros. Le vendría bien unas sesiones de saber estar.

Y ya que hablamos del Consejo de Ministros, como comentamos en nuestro último artículo, en el acto promesa del cargo hubo quienes utilizaron lenguaje inclusivo, por eso de “Consejo de Ministros y Ministras” o “Consejo de Ministras”. Pues bien, la Real Academia Española tuvo a bien matizar esto, aseverando que “desde el punto de vista gramatical, esta una construcción incorrecta siempre que haya también hombres. Si ese órgano de Gobierno estuviera constituido solo por mujeres, habría de denominarse ‘Consejo de Ministras'; pero esa fórmula no es gramaticalmente aceptable si en el Gobierno hay ministros varones”. Y subraya que el genérico ministros incluía a las ministras, al ser un término neutro y enfatiza que “para aludir a un grupo mixto, lo normal es usar el masculino, género no marcado que engloba en la referencia a hombres y mujeres: todos”.

Más claro, agua. Pero tampoco es la primera vez en que la RAE sale al paso respecto a estas expresiones de lenguaje inclusivo por parte de los representantes políticos. Bien les venía contar con un asesor de aquella institución el propio Congreso de los Diputados.

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