Opinión

Revuelo en la familia

Con los flemáticos y tradicionales que son, la que se ha organizado en el palacio de Buckingham con la decisión adoptada por el príncipe Enrique -o Harry- y Meghan Markle al anunciar que se retiraban de la vida pública y que traducido socialmente significa que el nieto de Isabel II -sexto en la línea de sucesión al trono- y su esposa abandonan su rol como figuras pertenecientes al primer grado en la familia real. Esa noticia hizo que durante unos días se tambaleasen los cimientos de la residencia oficial en Londres de la familia real británica.

En el comunicado hecho público por la pareja afirman: “Tenemos la intención de retirarnos como miembros de primer rango o senior de la familia real y trabajar para ser financieramente independientes, sin dejar de apoyar plenamente a su majestad la reina", quien además ya dejó patente que respeta la decisión. Esa determinación supone que ambos estarán al margen de agendas oficiales, actos públicos o de estar encorsetados por el rígido protocolo de la Casa de Windsor. 

Consecuentemente, ya no seguirán usando el título de su alteza real y no recibirán fondos públicos al dejar de ser miembros activos de la familia real y al haber elegido llevar una vida independiente. La abuela -93 años- ha expresado públicamente que se ha llegado a una “solución constructiva” apoyando los deseos del príncipe Harry y aseverando: “Siempre serán miembros muy queridos de mi familia".

Este acuerdo se aplicará a partir de la primavera e implica que la pareja quedan apartados de los compromisos reales, incluyendo actos militares, y consiguientemente dejarán de percibir fondos públicos para compromisos reales aunque con el beneplácito de la soberana, tienen autorización para mantener el patrocinio a nivel privado de distintas organizaciones que respaldan y a pesar de no poder representar formalmente a la soberana, ambos dejaron de manifiesto que sus actuaciones personales “respetarán sus valores” -los de la monarca-.

Respecto a la consideración de “miembros senior” de la familia real británica, son aquellos que se encuentran en lo alto de la línea sucesoria y sus cónyuges. Actualmente son el príncipe Felipe, duque Edimburgo; Carlos de Gales, duque de Cornualles; el príncipe William, duque de Cambridge; el príncipe Harry, duque de Sussex, y el príncipe Andrés, duque de York.

Los miembros “senior” se dedican activamente a asuntos de la realeza, realizando actuaciones en nombre de la reina Isabel II y son además representantes internacionales de la Casa Real del Reino Unido-.

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