Opinión

Situaciones embarazosas

En ocasiones, en nuestras relaciones convivenciales, podemos encontrarnos en situaciones “sociales” embarazosas. Seguro que más de uno mientras lee esto estará rememorando esos momentos “incómodos” y que para quien quiera dejar buena imagen ante los demás, a buen seguro que lo recuerda con sonrojo. No obstante, hay otras personas que las protagonizan con tanta naturalidad que no sienten ningún ridículo y que además incluso puede llegar a convertirse en un actor consuetudinario de tales escenas sociales. Y con esto del covid, ya hemos comentado anteriormente que estamos obligados a relacionarnos con los demás mediante otros usos concernientes a nuestro lenguaje gestual.

Y si no, que se lo digan al propio Felipe VI, quien con motivo del pasado acto institucional de escenificación de la reapertura de fronteras entre España y Portugal celebrado en Badajoz, siguiendo los instintos sociales, nada más bajar del coche se encontraba esperándole el presidente del Gobierno, a quien iba a saludar con la mano, pero al darse cuenta de las “restricciones sociales” corrigió el movimiento, mientras el jefe del Ejecutivo permanecía con las manos detrás del cuerpo y explicaba que no podía corresponder a su saludo. Más que nada por cuestión profiláctica antes que protocolaria o de cortesía. Además, la justificación de estas nuevas maneras sociales de evitar el saludo tradicional ha servido de excusa para que los mandatarios participantes iniciasen la conversación de bienvenida nada más encontrarse.

Y por cierto, que en ese mismo acto Pedro Sánchez tuvo como “asesor de protocolo” al mismísimo Felipe VI, pues cuando iban a posar para la foto oficial en la alcazaba, el rey corrigió la posición de aquel para que pasase a un lateral de la formación, dado que este quiso que en el centro de la misma se situasen el presidente de la República portuguesa y el primer ministro luso, entendemos que como un gesto de cortesía por parte del anfitrión hacia sus invitados.

Y otro dato ceremonial producido en este acto y que se está repitiendo hasta la saciedad, es que la “línea de saludos” donde la máxima autoridad es recibida por otras personalidades, obvia el apretón de manos y se sustituye por una inclinación de cabeza. Es el nuevo protocolo covid que está mudando los hábitos sociales evitando cualquier expresión de cortesía mediante contacto físico.

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