Opinión

Teléfono en las aulas

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid está ponderando la posible aprobación de una normativa mediante la cual se prohibirá el uso del móvil en las aulas en horario lectivo, aunque todavía no se ha definido cómo se articulará esta actuación. Eso sí, se valorará su utilización en momentos puntuales como herramientas didácticas. Se aplicaría en colegios públicos y concertados. Esta comunidad no será la primera en establecer tal prohibición si no es con fines educativos. Ya hay antecedentes en otras autonomías. Y nuestros vecinos los franceses tomaron esta decisión hace unos meses.

Se justifica esta medida en que la misma beneficia a los alumnos con más problemas en el estudio. La cuestión está en saber donde está la línea divisoria entre uso didáctico y uso de ocio. No obstante, es algo manifiesto que existe una gran preocupación respecto a la adicción de los niños y adolescentes a los teléfonos móviles. Hay un estudio que indica que en los colegios donde se habían prohibido, los alumnos con buenas calificaciones las mantenían, pero aquellos con peor trayectoria experimentaban una mejoría.

Debates al margen, es algo incuestionable que niños y adolescentes están adscritos a las pantallas, sean éstas de móviles o de tabletas. Para la Fundación Anar-Ayuda a niños adolescente, se establecen los 15 años como la edad ideal para que tengan su primer móvil, justificando: “Para evitar, también, que haya más casos de bullying o sexting, ya que la madurez del menor será mayor y tendrá un sistema cognitivo más desarrollado”.

En otro informe sobre el uso de móviles menores, Eu Kids Online -proyecto de investigación diseñado para examinar las experiencias de uso, riesgos y seguridad online de los niños, niñas, padres y madres en Europa- precisa que el porcentaje de adolescentes que se aburren sin conexión a Internet se ha triplicado en los últimos años en España y añade que ellos mismos reconocen que no pueden pasar de sus móviles.

Estos datos no dejan de ser una alerta social y por eso la Administración tiene que vigilar que, en determinados contextos, el móvil tiene que estar apagado o retirado. De la misma manera que se pide que cuando se asiste a un espectáculo público en un local cerrado, el móvil se desconecte, tiene más justificación que se haga lo mismo durante unas clases que es un periodo lectivo. Y si se quiere hacer uso de las tecnologías de la comunicación, hay otros soportes que sí están admitidos por su eficacia didáctica. 

Como han hecho otras generaciones que acudían al colegio llevando solamente un bocadillo. Hoy se ha cambiado por un teléfono.

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