Opinión

Tiempos de solidaridad y respeto

Es más que evidente que esta pandemia que estamos sufriendo nos está obligando a cambiar nuestros comportamientos sociales y hábitos de vida cotidianos. En realidad, se trata de seguir ejerciendo como ciudadanos, asumiendo las pautas básicas de convivencia, pero que en los momentos actuales tienen que respetarse con más celo que nunca. 

Es una etapa de nuestra vida donde más que nunca se hace necesario dar muestras de solidaridad y manifestar nuestro mayor grado sociabilidad, aunque no es posible prodigarla. Es tiempo de respetar espacios personales, ahora rebautizados como “distancia social”; colas para acceder ordenadamente a cualquier establecimiento que está obligado a adoptar estas medidas de seguridad sanitaria; observancia de las normas y nuevos códigos sociales que se implantan para regular nuestra convivencia diaria debido a esta pandemia…

Porque nuestras costumbres cotidianas, como decimos, han mudado y tenemos que asumir las nuevas reglas para compartir un espacio común con nuestros convecinos. Desde hacer la compra hasta viajar, pasando por actividades tan singulares como ir a un bar o a una cafetería e incluso a un restaurante o, lo mismo ahora que llega el buen tiempo, solazarnos en espacios tan atractivos como la piscina o la playa.

Y es que en estas últimas semanas, prácticamente los ciudadanos tenemos que estar al día en la lectura de un nuevo medio de comunicación como es el Boletín Oficial del Estado y que antaño se conocía como “La Gaceta” -desde que Carlos III decide otorgar a la Corona el privilegio de imprimirla y la publicación se convierte en un medio de información oficial que refleja los criterios y decisiones del Gobierno-. Pues bien, como decimos, asistimos a una inflación de información oficial relativa a las nuevas normas de conductas sociales a que nos obligan las medidas preventivas del covid-19.

Nos estamos refiriendo a las recomendaciones y, en otros casos, obligaciones, relativas a movilidad, paseos y actividad física en espacios públicos, uso mascarillas, prevenciones profilácticas para combatir la pandemia… Estos nuevos, y provisionales, códigos sociales, forman parte de nuestros hábitos diarios -incluso el Obispado hizo lo propio en relación con la participación en actos religiosos en los templos-. Son tiempos de eutrapelia, como tal virtud que modera el exceso de las diversiones o entretenimientos. Tiempos de restricciones y solidaridad y respeto con nuestros convecinos. No hace falta que nos lo diga el Gobierno, pues el sentido común es cuestión de cada uno y todos estamos integrados en el mismo núcleo social. Hoy, más que nunca, el ejercer de buenos ciudadanos tiene que ser nuestra prioridad.

Te puede interesar