Opinión

Usos y costumbres...diplomáticas

La reciente visita de una delegación de Irán al Congreso de los Diputados para reunirse con la Comisión de Asuntos Exteriores del mismo ha suscitado, como se informó, una polémica de carácter sexista debido a que se entendía que la aplicación de los usos y costumbres propios del país asiático implicaba una discriminación hacia las diputadas españolas, dado que éstas, en el saludo protocolario, no podían dar la mano a los varones de la delegación invitada.

Toda la “revuelta” se inició con la “alerta” que hizo el grupo parlamentario de Vox y que afirmó que “no participará de un acto que exige un trato diferente para las mujeres relegándolas en este caso a un papel secundario”. Todo tuvo su origen en las instrucciones que se dieron al Servicio de Protocolo del Congreso desde la embajada de Irán y que comunicaban que “que las mujeres que asistan no podrán estrechar la mano de los representantes de Irán, sino solamente mirarles, pero de lejos”.

Al parecer y según fuentes parlamentarias, dicha solicitud de la Embajada iraní “en ningún momento se tradujo como una recomendación o directriz concreta”, no obstante, el servicio de protocolo de la Cámara sí informó de “manera informal” a los distintos grupos parlamentarios de tal petición “para que supieran cómo comportarse”. O lo que es lo mismo, que se supiera que ningún diputado, ni diputada, saludara de forma alguna a los representantes de la delegación de Irán y así se evitaría “una desigualdad de trato entre hombres y mujeres”. 

Fuentes del Congreso de los Diputados subrayaron que “no hay ningún protocolo que incluya la desigualdad de trato y sobre todo que no hay orden escrita ni verbal de que las mujeres se tengan que comportar de ninguna manera en concreto”. Claro que la polémica había surgido cuando inicialmente se había comunicado específicamente a los grupos que “en caso de enviar diputada, se abstengan de dar la mano ni tocar a los iraníes. Y que las mujeres que asistan tan sólo podrán mirar a los ojos desde lejos a los miembros”. Finalmente, la susodicha reunión con el representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán se celebró con los representantes de ambas delegaciones sentadas en torno a la mesa y sin que mediara previamente ningún saludo. 

La cosa es que la diplomacia requiere siempre tacto. Esa es su esencia.

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