Hemos tenido ya un Gobierno de González, otro de Rodríguez y ahora se nos viene encima uno de Sánchez; supongo que los García ya están a la expectativa de que puedan tener su oportunidad en cualquier momento. Los más extendidos apellidos españoles están colocando sus peones al servicio del poder. Todos los que no pertenecen a este, entre comillas, poco selecto grupo de ciudadanos seguirán esperando su oportunidad. Sólo los Gómez, Pérez o Jiménez tienen ya fundadas esperanzas de entrar en el Olimpo de los elegidos para el consejo o conseja de ministras o ministros que se forme en el futuro o futura.
Realmente lo único que he echado de menos en este nuevo Gobierno o Gobierna es a Laura Antonelli para el Ministerio de Educación. Visto lo visto ya podemos decir que comienza el espectáculo o espectácula...
Observar a tantos prohombres o promujeres prometiendo con esa novedosa e imaginativa fórmula, sin reírse, ser fieles a no sé qué cosas produce verdadero pasmo.
Pedro Sánchez es un cachondo... no se me ocurre otro calificativo para el nuevo presidente del Gobierno visto la composición de su gabinete o gabineta. En el nuevo y flamante Gobierno de España no figuran ni un autónomo, ni un empresario, ni un católico practicante, ni un padre de familia numerosa, ni un pensionista, ni un “provida”, ni una ama de casa… pero aseguran que es ¡muy representativo! Y sí que lo es, pero no de la sociedad sino de las series de televisión y de las películas de Almodóvar. Pero en esta sociedad que padecemos donde reina el marketing y la futilidad, la composición del Gobierno mueve votos, programas de televisión, redes sociales y chismes de taberna y, por tanto, es lo que hoy se llama ¡un éxito!
