Opinión

Fue como un padre para todos nosotros

Treinta años que ya no está entre nosotros y parece que fue ayer cuando, con 14 años, aceptó que comenzase a trabajar con él en la Escudería Ourense. Quizá fue porque yo era un loco de las carreras como lo era él, pero lo cierto es que para mí fue un orgullo poder trabajar y aprender de una persona con esa pasión en todo lo que hacía. Sinceramente, mentiría si dijese que todos los de esa generación no lo veíamos como un segundo padre. Nos echaba broncas cuando tocaba, pero también agradecía nuestro esfuerzo y nos premiaba cuando consideraba que habíamos hecho un buen trabajo, igual que haría un padre. 

Porque "Lalao" era mucho más que un empresario y piloto, era un hombre generoso y con carácter, que trajo junto a sus amigos de Vigo y Pontevedra los rallys y el automovilismo a Ourense, eso es algo de lo que tenemos que estar todos agradecidos. Además fue el único que realmente buscó que la provincia creciese con el motor y consiguió la puntuabilidad europea a finales de los años setenta. No puedo olvidarme de aquel informe que decía, en el año 80, que el Rally de Ourense tenía estructura y capacidad organizativa para subir de nivel en el certamen continental, pero que le faltaba lo de siempre, apoyo económico.

No quiero pensar donde podríamos estar si en aquel momento se hubiese apostado por el Rally de Ourense, quizá seríamos como Canarias, una habitual del Europeo o algo más, nunca lo sabremos, por desgracia.

Lo que sí puedo afirmar, con la mano en el corazón, es que cada vez que nos ponemos a organizar una nueva edición de nuestro rally pensamos en él, lo mismo que en Antonio Colemán o en José Ramón, alumnos aventajados de Reverter y que nos mostraron como se puede llegar a ser referente con mucho esfuerzo.

Han pasado 30 años, pero sentimos su presencia y apoyo como si estuviera a nuestro lado.

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