Opinión

La ilusión no se come

Hay  muchas más cosas en un huerto que aquellas que cultiva el hortelano: horadan los topos, rastrean los hierbajos, merodean los mangantes, incluso los que “no siembran ni tienen graneros” se posan en los espantapájaros. No importa la ilusión que haya puesto en su tarea el hortelano; él y su perro habrán de estar vigilantes: la ilusión no se come ni basta a mantener a salvo su cercado. 

A diferencia del horticultor no os afanéis en mantener a salvo vuestra conciencia ejerciendo vuestro derecho al sufragio; el homo sapiens votando de forma gregaria no es más que un “homo atavicus” evocando épocas pretéritas: el líder se elegía a mano alzada entre los guerreros más bravos y el voto individual decantaba el fiel de la balanza. Hoy se trata de dar el visto bueno a una lista de partido elegida a saber por qué deméritos. No seáis ilusos.

Ilusos si creéis que votando vais a cambiar el país. La ilusión os durará lo que dura el escrutinio; luego vendrán los contubernios, las mentiras soterradas, el donde dije digo digo Diego, las puñaladas traperas, las putadas.    

Ilusos si creéis que pertrechados tras unas siglas y unos slogans os vais a hacer inexpugnables a los lobbies, a las eléctricas, a los mercados financieros, a los monopolios, a los poderes fácticos; poderes por cierto ilegítimos, porque no emanan del pueblo al que maltratan.

Ilusos si creéis que el pueblo es soberano. Y democrático. Los gobiernos que salen de las urnas o se amañan en cambalaches post sufragio no sirven para nada. Solo sirven al poder. Solo el poder los ampara. El voto de los ciudadanos es irrelevante. Da para conformar una intendencia más o menos populista, una reforma laboral más o menos proteccionista, un guiño más o menos paternalista a ecologistas, feministas, animalistas y culturetas rumiantes. Trivialidades. La llave del cajón, el dinero de verdad, lo seguirán mangoneando a su antojo los del antipueblo. 

Ni los políticos de hoy nos representan, ni su intermediación es necesaria. Lo único que sirve a estas alturas de la cibercomunicación  son las barricadas, las de la extrema abstención, las de las revoluciones hodiernas, las de las redes sociales: “¡Organización sin autoridad!”, no sería ninguna gilipollez en un mundo digitalizado. Pero barrunto que el despliegue de la red 5G solo se usará para alienarnos más y para vendernos coches que se conduzcan solos.

“Si quieres ser feliz durante un día embriágate, si quieres ser feliz durante un año cásate, si quieres ser feliz toda tu vida cuida un huerto”. Así que hoy dadle un repaso a vuestros tiestos y no perdáis el tiempo rubricando lo que otros ya han elegido por vosotros: donde hay listas de partido solo se representan a ellos mismos. 

Ahora bien, si al menos queréis salvaguardar la unidad de España, votad extremo duro. Las X siempre despejan las incógnitas.  

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