Opinión

El vicio del buen gusto

Voluptuoso, hedonista, cosmopolita, moderno, exclusivo, sorprendente, inclasificable…” Se trata de un “sauvignon blanc” al que los enólogos no escatimaron lisonjas. Un exabrupto, sin duda. Si se tratase de una mujer, o de un hombre, a mí me sorprendería incluso más: hoy lo que prima es el garrafón, la insipidez, la marabunta. El vino se llama “Habla de ti”. La peña a la que me refiero no tiene nombre.

La peña a la que me refiero llama a su propio adefesio feminismo, “falocéntrica” a la sociedad, y a los que nos vestimos por los pies, violadores; pero las tales se visten, se peinan, se escarranchan, blasfeman, fuman y se drogan como el más paria de los prójimos. Culpan de sus manes al Vaticano. De sus desmanes al patriarcado: el consumo de sustancias es el “modelo masculino hegemónico” que las mujeres han tenido que asumir para acceder al mundo de los hombres y así “poder estar en las mismas condiciones que ellos y no perder oportunidades”. ¡Lo que hay que pagar! Estos disparates salen de un informe publicado por el Ministerio de Igualdad, que concluye asegurando que “el patriarcado es perjudicial para el clima”. ¿Pares o nones? Tócate los cojones. 

Una flor jamás duró dos primaveras pero las montaraces facciones de estas facciones sexistas no se amustian ni con la intemperie; no requieren sostenes, ni cremas anti-age, ni filtros anti-helios. No las critico: quién soy yo para censurar lo que cada cual luzca de sus lorzas, zurza en sus belfos, atraviese en sus napias, cuelgue en sus pabellones auditivos, o haga con sus folículos pilosos. Me repele. Como el feísmo arquitectónico. No todos podemos tener el vicio del buen gusto. Basta ver las mendas (y los lerendas) que salen en las “manifas”: vulgaridad a granel, urbanidad limitada. Cuando mi cuerpo tenía mi edad, no las abrazaría ni con escafandra. 

Géneras y géneros, no seáis incautos. ¿Acaso no sabéis que en este mundo todo es cuestión de sexo menos el sexo, que es cuestión de poder? Cambiadlo si queréis. Igualdad es ruptura, no fideicomiso. ¿Por qué os dejáis adocenar como fantoches? ¿De qué vais cuando vais a las manifestaciones? Os visten de púrpura como a nazarenos, os facilitan vuvuzelas, banderas y tambores, os acompañan camino de la gloria. Pero os abandonarán en el calvario de “los calaveras” expuestos al desasosiego del desprecio cuando ya nos les supongáis valor añadido en las encuestas. Las iguales, las tope guay seguirán siendo las Celaá, las Montero´s, las Calvo, las Yolanda: mirad sus cutículas hand cream, sus cutis Max Factor, sus modelitos Street fashion; vosotros seréis la chusma, la escoria, los pelanas, los “tíos”, las “tías” y los cualquieras de siempre. Tiempo al tiempo.

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