Finaliza el 2014 y comienza el 2015. Como todo en la vida, y desde mi visión empresarial, toca imprimir el balance de situación. Un balance es como la fotografía de los hechos acaecidos durante un año, y esta imagen resulta ser en blanco y negro. Blanco y negro y muy oscura por la constante escenificación de casos de corrupción y una baja y nula asunción de responsabilidades seguras y reales.
La judicatura ha realizado fotografías en el 2014 que les honran, pero siempre supeditados a la vigilancia de sus mayores. Aun así, el revelado del carrete, aunque fuera en blanco y negro, ha sido bastante esperanzador. ¿Podremos, que no podemos, en el año que comenzará, seguir revelando en el laboratorio de la honradez muchas fotografías e imprimirlas esta vez en color? Yo estoy convencido de que si.
El año 2015 resultará para este país la mayor prueba de fuego, después de la transición, ya que tendremos tres jornadas electorales. Y sobre todo la primera que se nos presenta, las municipales, sabremos si los sondeos publicados ratifican el enorme cabreo que azota este país, o por el contrario nos encontraremos con un escenario tricolor. Si es tricolor, que sea para empezar de cero, tricolor para entenderse y tricolor para nunca más cometer los errores del pasado reciente. España es un país con un espíritu de sacrificio y recuperación que no existe en ningún lugar del mundo civilizado, pero sobre todo gozamos de las más altas cotas de resiliencia alcanzables por cualquier ser humano. Por todo ello los españoles nos merecemos recuperar la tranquilidad y relajación necesaria para ser competitivos, honrados y sobre todo, recuperables hacia los demás.
Elecciones, ahí están a la vuelta de la esquina. Seamos justos, no nos dejemos llevar por la histeria y valoremos lo que se ha hecho hasta ahora desde los dirigentes honrados. Cojamos la papeleta adecuada, sin rencor y revisando el balance de situación de estos últimos diez meses económicos, pero sobre todo confiemos en la estabilidad que llegará más pronto que tarde.
