Opinión

Elena Gómez Ramos

Del gato birmano se dice que son “perros en cuerpo de gato” y, por supuesto, de carácter arisco, extraño… pero la realidad es que son sociables, cariñosos, tiernos y fiables. Necesitan de la compañía de las personas, pero son ultra regalones; no pueden vivir sin los cariños de sus dueños. Otro factor positivo es que son tranquilos, muy activos y socialmente muy leales Teresa Elena Gómez Ramos es como el gato birmano: cariñosa, fiable, tierna y muy sociable, aparentemente arisca, solo es un tic con el que trata de reforzar su principal y meritoria cualidad, que es la súper discreción en toda su relación personal, tanto a nivel amistad como en su ejemplar y exquisita carrera profesional.

Elena Gómez, que nació un mes de junio en casa de sus abuelos en Velle, viuda desde muy joven, tiene dos hijos, Antonio y Jesica. Elena siempre dice: “Desde niña quise ser peluquera porque me encantaba peinar a mis muñecas”. En el 78 comenzó a practicar peluquería en Sinda Seoane y como no le coincidía bien el horario de autobuses venía andando diariamente desde Velle primero y desde Rivela después, todos los días del año, hasta que ganó su primer salario y se compró una bicicleta para seguir durante mucho tiempo haciendo aquello para lo que nació, la peluquería. Tengo el honor de conocerla desde que era una niña y el orgullo personal de que cuando mi madre se jubiló y cerró su humilde establecimiento, yo no paré hasta conseguir que aceptara incorporarse a nuestro equipo, donde ella, con la humildad que la caracteriza, dudaba integrase plenamente. Pero yo tenía razón, y no solo lo consiguió por sus propios méritos, sino que hoy en día es un referente entre nosotros y una magnifica profesional a la que todos sin excepción admiramos, queremos y le estaremos siempre agradecidos. Por su esfuerzo e inteligencia es en la actualidad una profesional de nivel máximo, estilista de novias, docente en todo tipo de galas por todo el país, es también persona muy cercana con su clientela habitual, que sabe valorarla y a la que ella responde con una ejemplar entrega y exquisito trato personal. 

Le encanta leer, la natación y el senderismo, la música de los setenta-ochenta, prefiere las comida sencillas (patatas con  huevos fritos); su película preferida, “Lo que el viento se llevó”. Con Belén Dobaño hizo varias veces el camino de Santiago (siempre en sus vacaciones) incluso desde Roncesvalles y le gustaría recorrer España de norte a sur.

Porque ella lo es, aprecia mucho la amabilidad y no soporta el absentismo y la falta de implicación en los diversos cometidos en los que ella es la responsable; no le gusta que nadie toque sus cosas, le encanta peinar novias por que es contribuir a un siempre día especial. Dice que si volviese a nacer volvería a ser peluquera y su mayor deseo es la felicidad de sus hijos.

Me recuerda a Emilie (Audrey Tautou) en “Una dulce mentira”, una joven que en la peluquería sabe aconsejar a sus clientas y amigas. Sin embargo, este don no le sirve para ayudar a su madre, que no tiene ganas de vivir desde que perdió a su marido. Una mañana de primavera, Emilie encuentra una hermosa carta de amor anónima y decide enviársela a su madre con la esperanza de que la ilusión la ayude a recuperarse. 

Nunca he traído a esta sección de Feira do Sete a ninguna de nuestras colaboradoras, hoy lo hago por que es de justicia resaltar el trabajo y la entrega de todas aquellas personas que día tras día y durante muchos años se entregan con entusiasmo a su trabajo, su empresa y a sus magnificas compañeras que también se lo merecen, pero que estoy seguro de que sentirán como muy suyo este pequeño homenaje de agradecimiento a nuestra querida y admirada Elena, a la que todos estaremos siempre ¡muy agradecidos! 

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