El presidente de la Xunta, Alberto Núñez, Feijóo, anunció ayer por enésima vez la próxima licitación del denominado 'Hospital 2050' de Ourense, que supondrá mejor atención sanitaria, mejor accesibilidad, nuevo parking y mayor innovación con robotización integral en un edificio en el que 'comezamos a definir non só unha nova hospitalización senon que, simultáneamente, empezamos a definir o hospital do futuro'. Aquí, a la intervención propagandística de Alberto Núñez podríamos situarle aquel famoso bla, bla, bla, tan utilizado en los tebeos de antaño, si no fuera porque forma parte de un engaño permanente a los gallegos en general y a los ourensanos en particular.
A fuerza de anunciar cosas y pasos de esta etérea infraestructura consistente en ampliar el hospital actual, los ciudadanos acabarán sabiendo de memoria los datos técnicos y las bondades de las que estará dotado, pero todo en estado virtual, pues a estas alturas no se ha movido un metro de tierra, ni se ha visto nada que permita sugerir el comienzo inminente de las obras. Además de otras presentaciones menores, destaca la presidida por el propio Núñez Feijóo el pasado 15 de mayo en Expourense, donde fue increpado por estudiantes que protestaban por los recortes en el ámbito educativo.
Si las sucesivas tomaduras de pelo ?iniciadas con una presentación conjunta de Feijóo con la entonces ministra de Ciencia, Cristina Garmendia- resultan inaceptables por sí mismas, menos lo son sabiendo que aquella parafernalia propagandística en el recinto ferial ourensano costó más de 11.000 euros de las arcas de todos los gallegos, pagados por el Gobierno del autoproclamado campeón de la austeridad que es Núñez Feijóo. Y mientras tanto, los proveedores de la Xunta acumulan meses y años de retraso en los cobros. Basta ya de propaganda, que paguen lo que deben y que empiecen las obras de una vez, que horas van siendo.
