Opinión

Expourense, un activo fundamental

Nadie mejor que los ourensanos para entender la necesidad de mantener la guardia en la defensa de nuestras dotaciones y la necesidad de mejorar nuestras infraestructuras. Hace unos días este periódico publicaba una esclarecedora información que revelaba que en el 2016 de cada cien euros invertidos en Galicia apenas seis habían tenido a Ourense como destinataria. No es, efectivamente, un hecho aislado, ni mucho menos reciente. Pero es real. Por lo tanto a la sociedad ourensana y a sus instituciones corresponde ya no solo buscar con anhelo nuevas apuestas a favor de la provincia sino afianzar las existentes manteniendo los principios para los cuales fueron creadas. Un ejemplo lo tenemos en Expourense, entidad regida por una fundación con representación pública y privada. En las últimas semanas el pabellón ferial ourensano ha sido noticia no solo por el éxito alcanzado en la organización y desarrollo de las actividades que le son propias, sino también porque se quiere compatibilizar su función de promoción de la provincia y de dinamización de sus recursos con la práctica del atletismo mediante el montaje de una pista retráctil. Expourense, con este planteamiento, sería durante una parte del año el pabellón ferial que hemos conocido desde su creación y, durante 17 semanas al año, una pista de atletismo.

Sería prolijo enumerar las múltiples actividades que se han desarrollado en el pabellón ourensano desde su creación. Solo ponderar que el esfuerzo de sus gestores y el equipo humano que durante estos años han dejado lo mejor de sí mismos han permitido que hoy Expourense tenga en su calendario tres ferias internacionales (Termatalia, Xantar y Funergal), lo que le convierte en un caso inédito en Galicia y le sitúa entre los pabellones de referencia en toda España. En el 2015, última memoria de actividades cerrada, por Expourense pasaron más de 116.000 personas que participaron activamente en diez ferias y más de 25 eventos, que reunieron a 906 expositores de 47 países. Con ello ha multiplicado el efecto de imagen positiva de Ourense y gracias a sus actividades las reservas hoteleras han mejorado sustancialmente, así como toda la actividad terciaria asociada a este tipo de eventos. Por cada euro invertido, Expourense devuelve 6,4 a la ciudad, según un informe elaborado por expertos de la Universidad de Vigo. El intangible de la promoción de la provincia ha viajado mucho más allá de sus límites provinciales con cada salón o feria organizada.

Expourense ha gestionado todas sus actividades con escasos recursos y muy pocas inversiones. En la actualidad cuenta con un presupuesto de 1,6 millones de euros para hacer frente a todo el trabajo que desarrolla. Las inversiones públicas, tan fecundas en otras instituciones feriales, no han fluido de la misma forma en el recinto ourensano. Un ejemplo: el Instituto Ferial de Vigo (Ifevi) ha obtenido cuantiosas aportaciones públicas, una de ellas una pasarela que comunica el pabellón ferial con el aeropuerto de Peinador. Sin embargo, Expourense ni siquiera tiene aún un aparcamiento a la altura de lo que una dotación moderna requiere.

La Xunta ha comprometido ahora una inversión de 2,7 millones de euros en la construcción de unas pistas de atletismo en Expourense, lo que supondrá ocupar el recinto para la práctica deportiva. Nadie mejor que los ourensanos para valorar la rentabilidad social y económica de los eventos deportivos y sus efectos positivos para la marca Ourense. El rally, la carrera del San Martiño o las estancias de los equipos internacionales de remo (entre otros muchos espectáculos) no hacen más que acrecentar esta teoría. Lo ideal sería una pista estable en una edificación específica, una teoría que defienden los atletas y las personas que conocen de cerca este deporte. Y ésta podría haber sido la apuesta, habida cuenta de que el coste sería de 7 a 10 millones, una inversión muy razonable comparada con los 11 millones que costó la célebre rotonda de Arteixo, y más razonable aún si tenemos en cuenta que el gran complejo deportivo de la ciudad, en Os Remedios, fue construido en los años 60. Pero en lugar de haber optado por una nueva edificación se ha buscado la compatibilidad de unas instalaciones que pueden convertirse en antagónicas si no se gestionan con habilidad. Queda conocer al detalle los costes de mantenimiento de esas instalaciones, el tiempo invertido en su montaje y desmontaje, si se mantendrá el espacio expositivo actual o se reducirá, como se sospecha. Queda saber si las ferias actuales que llevan una importante tasa de crecimiento anual no se verán limitadas por falta de espacio. Quedan, en fin, muchas incógnitas por despejar.

En cualquier caso, bienvenida sea esa inversión, pero nunca a costa de minorar el valor de otra dotación. Expourense ha nacido para ser el escaparate de la provincia, el reflejo de sus recursos, el valor de sus empresas y también un imán para traer a miles de personas de otros lugares interesadas por lo que en Ourense se hace. Una inversión pública debe llevar aparejado el progreso, no ponerlo en riesgo, mucho menos en duda. A las instituciones corresponde garantizar ya no solo la pervivencia de Expourense, sino garantizar un crecimiento sostenido y sostenible, comprometiendo su ampliación o la dotación presupuestaria para cuanto sea preciso. Las inversiones siempre se hacen en favor del progreso, nunca en su detrimento. 

Ourense necesita, efectivamente, inversiones y apuestas decididas. También imaginación para hacerlas sostenibles y rentables, pero lo que no necesita la provincia son inventos o experimentos que en vez de sumar activos, los reste o los divida. De lo contrario, nunca saldremos de las muchas estadísticas que nos perpetúan como los últimos del casillero.

En definitiva, es de celebrar que Ourense haya conseguido la que será una instalación deportiva única en el noroeste de España, pero con la exigencia de que Expourense no pierda un ápice de su valor, sino, al contrario, que ésta sea una oportunidad para garantizarle un seguro de vida y crecimiento.

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