Opinión

LA XUNTA, LA PROPAGANDA Y EL CHUO

El último acuerdo del Consello de la Xunta relacionado con el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, que autoriza la contratación del expediente de la gestión integral de espacios dependientes del complejo sanitario es el, por ahora, último episodio de una larga serie de ficción política que tiene como estandarte el denominado Hospital 2050.


La realidad evidencia que cuando la Xunta anuncia algo para la sanidad ourensana, se limita a mover papeles de sitio, porque cosas concretas y mucho menos, obras, nada o casi nada. Lo último es eso la autorización para contratar servicios conjuntos en el CHUO y los hospitales y servicios que de él dependen en la provincia, con lo que hasta el año 2020 el Gobierno gallego proclama que se producirá un ahorro en torno a los diez millones de euros. En realidad, el asunto, sin profundizar en la veracidad de la previsión, se reduce a tratar de aplicar un ahorro en la gestión, que no sólo es la obligación de todo gobernante y a lo que se dedica todo hijo de vecino en este país en crisis cada mañana desde hace años. El ahorro en la gestión de servicios y consumos como el eléctrico es una rutina en la que está trabajando hasta el alcalde del municipio más pequeño de España y no por ello lo proclaman a los cuatro vientos, vendiéndonoslos como proyectos punteros o futuristas.


Dicho de otra forma, lo anunciado por el presidente de la Xunta tras el último Consello es poco más que un bluf, que se parece como una gota de agua a otra a los adoptados en las solemnes sesiones del Gobierno autonómico con respecto al Hospital 2050 a lo largo de la época preelectoral. Cada semana caía una lluvia de inversiones para la sanidad ourensana, de la que a estas alturas no hemos visto ni un duro. La situación real apunta a que desde que Alberto Núñez Feijóo llegó a la presidencia del Ejecutivo gallego en este sector no se ha puesto un duro, o un euro, en la modernización de unas instalaciones hospitalarias comprometida desde la era Fraga, bajo el nombre de Plan Director del CHOU.


Frente a la parafernalia y la solemnidad de la nada, la realidad revela que los edificios de vanguardia que íbamos a tener no están, ni se sabe nada de ellos; en cambio, hay instalaciones que claman por una modernización, obligando a los trabajadores de la salud a tratar de compensar con su profesionalidad lo que los gestores y el partido que gobierna, les niega. Si quiere usted ver ejemplos de modernización hospitalaria, tendrá que ir a las provincias de Lugo, A Coruña o Pontevedra. No las busque en Ourense, al menos desde que comenzó la era Feijóo.

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