Opinión

Alvar Fáñez, un héroe

En el mundo anglosajón y en los países nórdicos se crea un sentimiento de comunidad, de recibir una herencia que debe perpetuarse, al evocar en las escuelas, en las lecturas y en el arte las leyendas e historias heroicas del pasado.

Ese hábito desapareció en España especialmente tras el Desastre del 98, que supuso la negación de todo lo bueno de su historia, y sólo trató de recuperarse en el franquismo, pero con ínfulas tan imperiales que ese pasado se fascistizó y, por tanto, fue rechazado por la ciudadanía.

Ya en democracia, y desde que apareció en 1996 la primera novela de la serie del capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte, la novela histórica española ha aparecido con fuerza como variante literaria de gran éxito popular.

En esa línea de recuperar el pasado acaba de aparecer “La tierra de Álvar Fáñez” (Edit. Almuzara), con la historia en buena parte real y en parte novelada de ese compañero de ese armas de El Cid Campeador, escrita por el periodista, autor también de otras novelas, Antonio Pérez Henares.

Álvar Fáñez fue un caballero, guerrero y héroe cuya vida transcurrió entre los siglos XI y XII al servicio de Alfonso VI, que unificó con estratagemas los reinos de León, Castilla y Galicia, y aceleró la Reconquista con ayuda de hombres como él y El Cid.

Sorprende la amenidad, agudeza y fuerza de la narración de todas las aventuras, batallas, conquistas y momentos familiares que aparecen en esta obra apasionante, magníficamente documentada, de un riquísimo y purísimo castellano.

Debe leerse a Pérez Henares. Es más que lo que escribe en periódicos o dice en televisión. Su literatura contiene imaginación y conocimientos que reviven la historia de la España que debería cuidarse para que perdure.

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