El caso de la chica ucraniana asesinada junto a una amiga en Cuenca presuntamente por su exnovio español le ha permitido al PSOE culpar al gobierno de Rajoy de los crímenes machistas que vienen produciéndose en España desde que llegó al poder, al iniciarse 2012.
La secretaria de Igualdad del PSOE y consejera de Sanidad valenciana, Carmen Montón, ha asegurado que en España manda un “partido peligroso para las mujeres” por sus recortes sociales, especialmente en las de la lucha contra la violencia doméstica.
Es cierto que Rajoy impuso recortes en toda clase de presupuestos sociales, pero los grandes servicios no parecen haberlo notado en los resultados. Los índices de mortalidad han seguido mejorando, junto con el tratamiento de toda enfermedad –incluida la costosísima hepatitis C, y los baremos escolares han ido subiendo, pese a esa reducción de presupuestos en sanidad y educación. Pero en el caso de los asesinatos machistas es llamativo que la señora Montón no comparara el mandato de Rajoy con los dos de Rodríguez Zapatero, especialmente el último, 2008-2012.
Porque usar en política tan groseramente los asesinatos machistas, de los que el 30 por ciento los producen extranjeros, le permite al PP responder que Zapatero “mataba más”. Así, con el sonriente y alegre leonés, en 2008 se produjeron 75 asesinatos machistas; en 2009 fueron 56; en 2010 llegaron a 73, y en 2011, a 61.
El lúgubre Rajoy tuvo mejor fortuna: en 2012 la cifra cayó a 49; en 2013 fueron 52; en 2014 llegaron a 54, y a los tres cuartos de 2015, finalizando agosto, 30; de seguir así, podría creerse que en las elecciones generales de diciembre serían unos 40.
Aprovecharse de los asesinatos, como con el 11M, es muy sucia demagogia.
