Una parte de los corresponsales extranjeros en España no reaccionó como Sandrine Morel, de Le Monde, que denunció que el Gobierno catalán quiso comprarla para apoyar su separatismo.
Algún día aparecerán sus nombres y los de sus medios, pero fracasaron al difundir la imagen de una España opresora por la que les premiaban los secesionistas. Porque España ha recibido este lunes de 2018 la noticia de que merece una puntuación muy alta, 7,3 de 10, entre los ciudadanos de 19 países: los del rico G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), y además Rusia, Holanda, China, India, Corea del Sur, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Perú y Marruecos.
La encuesta se elabora con la metodología del Country RepTrak®, un modelo para medir internacionalmente la reputación de las empresas, pero aplicado ahora a los países.
La calificación española está superada por 13 países, el primero Suecia, con reputación 8,2. Pero empatada con España aunque en posición inferior está Bélgica, y después Reino Unido, con 7.2, igual que Portugal, y Francia, 6,9, igual que Alemania y Singapur. Country RepTrak explica en su web https://www.reputationinstitute.com/ el sistema basado en sus análisis regulares para que los empresarios mejoren sus empresas en 25 tipos de industrias, 40 países y para más de 7.000 empresas. Así que, viendo España como una empresa, debieron aplicar globalmente el método al comercio, la industria o a las instituciones, pero también al análisis de las percepciones de los extranjeros que conocen el país.
Que fueron 81,7 millones de turistas en 2017, en su mayoría de los países encuestados, y que han visto y vivido un país, incluida Cataluña, libre, abierto, aparte de divertido y envuelto en las demás virtudes y tópicos que atraen a los viajeros.
