Opinión

La sanidad de Pablo e Irene

Leo y Manuel, los mellizos de Pablo Manuel Iglesias e Irene Montero, nacidos hace dos meses a las 26 semanas de embarazo en un parto calificado de “prematuro extremo”, evolucionan favorablemente, ha anunciado el nuevo padre, que dice sentirse feliz con los “maravillosos médicos y los servicios del Gregorio Marañón”, uno de los mayores hospitales públicos de los 37 con los que cuenta la Comunidad madrileña.

Esta es la segunda vez que el líder de Podemos alaba la sanidad pública madrileña, pese a que él y su partido la denigran permanentemente, pues “está arruinada después de 23 años bajo la administración y los recortes del Partido Popular”.

Sin haber recibido trato de favor los niños Iglesias-Montero -o viceversa- sobreviven como muchos otros nacidos en circunstancias parecidas en esa red con los mejores ratios nacionales de calidad y que está entre los mejores del mundo en los internacionales.

La ocasión anterior de sus apologías fue en 2016 tras ser atendido de urgencia y hospitalizado en el hospital de Arganda del Rey, a 34 kilómetros de la capital, por un cólico nefrítico.

 “Cuando te atienden en un hospital público te sientes orgulloso de tu país y debes darle las gracias a sus maravillosos profesionales sanitarios”, tuiteó sin saber que, siendo público, está gestionado igual y por la misma empresa privada que la del exitoso modelo Alcira (Valencia), eliminado por la consejera valenciana y ahora ministra de Sanidad, Carmen Montón.

Iglesias desmiente así la propaganda que denigra la sanidad pública dirigida por la derecha, incluso la de gestión privada; mientras, como contraste, ha caído notablemente la calidad de Alcira.

Memoria histórica: el Gregorio Marañón, complejo público con cinco grandes centros inaugurados en1968, se llamaba antes Ciudad Sanitaria Francisco Franco.

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