Hace un mes, cuando dos hermanos islamistas asesinaron a doce personas en París en actos terroristas que concluyeron con 17 muertos, o ahora, cuando este sábado un lobo solitario mató a dos personas en Copenhague y fue abatido por la policía, en numerosos lugares de mayoría islámica se vitorea a los asesinos.
Una vez más, porque cuando matan como lobos solitarios o como manadas, grandes masas salen a las calles a aclamar a los “mártires”; ocurre en ciudades de Siria, Irak o en Gaza, donde muestra así su verdadero rostro terrorista Hamas, que controla el territorio.
Alegrías que se dan también en Europa, en muchos barrios de mayoría musulmana, porque las creencias radicales han ido apoderándose de los fieles, casi todos llegados como inmigrantes indocumentado, acogidos como refugiados, y sostenidos con fondos sociales; la inteligencia española afirma que algunos están entrando por Ceuta y Melilla.
Sólo en Holanda y según encuestas de la cadena de televisión NCRV1, el 72 por ciento de los musulmanes apoya la yihad en Siria, lo que representa aprobar las acciones del Estado Islámico (EI), incluyendo las de enjaular y quemar vivos a sus prisioneros.
Y dado que en las últimas décadas está imponiéndose la visión sunita y chiita más rigorista del islam guerrero, otras investigaciones como la del Pew Research Center dan cifras parecidas en toda Europa, incluida España, y mayores en todas las naciones musulmanas, aunque no siempre defiendan específicamente el EI y su Califato.
Mientras, y según las agencias de seguridad de distintos países occidentales, y españolas como el CNI y la UCRIF, alrededor de 250 carnicerías halal y locutorios regentados por musulmanes en España alimentan a las manadas de lobos terroristas del EI enviándoles dinero, igual que las Herrico Tabernas a ETA.
