Desde la concentración anti-Sánchez de este domingo en Madrid y hasta las elecciones de mayo, los españoles estarán sometidos a la paulatina creación de noticias falsas, la primera de ellas desde la oposición, que afirmó que el Gobierno había claudicado ante los separatistas. Y no se plegó porque se asustó ante la convocatoria de esa concentración contra sus concesiones a los separatistas lanzada por Ciudadanos, a la que enseguida se unió el PP y se apuntó luego la duroderecha -no ultraderecha- de Vox.
Para evitar la concentración, Sánchez anunciaba que rompía las negociaciones con los separatistas: había descubierto la hostilidad general, incluso del PSOE, con la figura de un “relator” que magnificaba a los secesionistas tratándolos como a un Estado. Pero la protesta no se desconvocó, lo que facilitó la invención y generalización de otra falsedad, la de su fracaso, llamándolo “pinchazo”: según la Delegación del Gobierno de Sánchez, solamente acudieron 45.000 personas, cifra ratificada por los medios afines.
Paralelamente se divulgaron fotos e imágenes, incluso de TVE, que mostraban grandes huecos, y que correspondían a antes de que se congregaran los asistentes o tras el final, cuando se iban; esas imágenes se repetían para dar la impresión de fiasco.
La máquina de propaganda de los convocantes no previó esa maniobra del agitprop rival para minimizar su protesta y no dispuso de cámaras en los rascacielos que grabaran a la totalidad de los concentrados. Pero hay vídeos telefónicos tomados desde edificios altos (están en Youtube) que muestran no sólo la plaza sino también las calles adyacentes rebosantes de gente apretujada.
A dos personas por metro cuadrado habría unos 120.000 asistentes. Pero fueron bastantes más: había entre tres y cuatro personas por metro cuadrado en la mayor parte de la concentración.
