Opinión

Rusos en Irán

Con tantas noticias sobre los JJ.OO. de Río o la posible investidura de Mariano Rajoy, casi olvidamos que Vladimir Putin y el nuevo sultán otomano Recep Tayyip Erdogan están cambiando los equilibrios de poder en Oriente Próximo, lo que afectará a la geopolítica mundial, incluyendo a Israel, amenazado por el nuevo aliado de los rusos, Irán.
Desde el pasado otoño la aviación de Putin ataca con gran precisión desde bases sirias al ejército yihadista del Estado Islámico, DAESH, que se había apoderado de parte de Siria e Iraq, pero desde esta semana lo hace también desde Irán, lo que cambia radicalmente el sistema de alianzas y de poder en la zona. En noviembre pasado Erdogan –extraño socio de los terroristas-, ordenó derribar uno de los aparatos rusos en la frontera turco-siria, lo que le hizo jurar a Putin enemistad eterna con Turquía; ahora son nuevamente amigos y el autoritario turco sugiere que podría salir de la OTAN para acercarse a Moscú.

La alianza de Siria y Rusia es antigua, y Putin le presta apoyo al dictador  Bashar al-Ásad, como antes a su padre, pues tiene en el país importantes bases militares. EE.UU. quiere derrocar a Ásad y apoya a los rebeldes que se alzaron contra él en 2011 e iniciaron la actual guerra civil.

Son fuerzas formadas por distintas facciones religiosas y militares, varias vinculadas a Al Qaeda y al DAESH, con lo que indirectamente Washington apoyaba a los yihadistas.
EE.UU. destinó 500 millones de dólares para entrenar a cientos de estos rebeldes, pero casi todos se pasaron al Estado Islámico.

Una situación anárquica, desconcertante incluso para las agencias de inteligencia mejor informadas, como el Mosad, que ve cómo crecen las alianzas de quienes, como Irán, han jurado destruir Israel.

Te puede interesar