Opinión

Trump y los hispanos

Es duro decir algo positivo de un personaje atrabiliario, chulesco y quizás peligroso como Donald Trump, pero no puede ocultarse que bajo su mandato EE.UU. atraviesa una sorprendente etapa de prosperidad de la que los 57,5 millones de hispanos del país están entre sus primeros beneficiarios.

Ese 17,5 por ciento de los habitantes, minoría ya mayor que la de los afroamericanos, son 11,8 millones más que todos los españoles.

Con nacionalidad o sin ella, y como consecuencia de la actual eclosión económica han liderado el aumento en la propiedad de la vivienda y el crecimiento de los ingresos, a la vez que reducían su pobreza.

Lo aseguran las encuestas recién elaboradas por la “Asociación Nacional de Profesionales Hispanos de Bienes Raíces” y el “Proyecto de Riqueza Hispana” (National Association of Hispanic Real Estate Professionals y The Hispanic Wealth Project).

Cierto que todavía están muy por detrás en riqueza de los anglosajones, pero su crecimiento por tercer año consecutivo ha sido espectacular.

También crecen demográficamente puesto que en 2025 el 25 por ciento de la población, uno de cada cuatro estadounidenses, será hispano, y en 2060 uno de cada tres, al menos el 33 por ciento.

Los hispanos han entrado en una notable espiral de autoestima que se muestra en el creciente número de universitarios, empresarios y millonarios, aseguran ambas encuestas, la primera de las cuales vaticina que dentro de los próximos cinco años sus ingresos medios se triplicarán.

El 47,1 por ciento son ya propietarios de viviendas, el desempleo es tan sólo del 4,7 por ciento y su pobreza en 2018 está en el 18 por ciento, y bajando.

Para el progresismo hispano es políticamente incorrecto decirlo, pero es inocultable: Trump comienza a ser popular entre muchos que lo detestaban.

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