Opinión

Actuaciones intensas

Por fin le han dado el Oscar a Leo Di Caprio y el pobre ha estado a punto de matarse para poder ganarlo. Como haciendo papeles estáticos no se le concedía ni por asomo, después de tres intentos fallidos ha tenido que ser una gran aventura que exigía la preparación de un comando la designada para hacer justicia. Se lo han dado por una película rodada en condiciones inhumanas, saltando riscos y precipicios, bañándose en aguas heladoras, corriendo por la nieve y el hielo durante interminables jornadas, durmiendo meses a la intemperie bajo cero y sobreviviendo porque a punto estuvo de ser devorado de verdad por un oso. Sospecho que el entrenador de la fiera estaría muy presente en cada toma y a lo mejor convendría otorgarles el Oscar compartido a los tres. Al actor, al domador y al oso.

Los miembros de la Academia de Hollywood tienen muy en cuenta el esfuerzo físico para premiar a las actrices y a los actores, así que el mejor modo de aspirar al la estatuilla es protagonizar una película en la que se propongan actuaciones que exijan sangre, sudor y lágrimas, y si se llega a poner en riesgo real la existencia de los nominados, mejor que mejor. Señores académicos, el actor fulanito se ha pasado un año acudiendo todos los días al gimnasio o bien ha adelgazado veinticinco kilos por exigencias del guión, se ha bañado en un río infestado de tiburones y es capaz de subir a hombros una vaca. Le dan el premio seguro. Di Caprio por ejemplo, ha hecho un abanico de papales de notable intensidad dramática y se ha marchado de vacío hasta que ha llegado esta película, no ha perecido en el intento por pura casualidad, pero ha ganado.

Lo ha hecho en una edición en la que los actores y directores negros han boicoteado la ceremonia por el hecho de que no había entre los nominados nadie de color, Quizá la Academia tenga un repente racista pero a lo mejor, vaya usted a saber, es que este año no se lo ha merecido ningún afro americano que también puede ser. Sé que me meto en terrenos pantanosos pero había que decirlo aunque a uno le pongan a caldo sobre todo si alguien ha visto “Los odiosos ocho” de Tarantino con un muy bueno y veterano Samuel L. Jackson.

De la alfombra roja apenas entiendo, pero para convencerse de que Charlize Theron estaba para perder el sentido no hace falta entender. Basta con mirar.

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