Con este lío de siglas que nos traemos, se nos ha colado en la parte del cerebro donde se almacena este galimatías que crece y se multiplica diariamente una nueva. Se trata de los CDR, nueve de cuyos miembros han sido detenidos en un operativo de la Guardia Civil estos días por orden de la Audiencia Nacional. Siete permanecen bajo custodia en Madrid a la espera de comparecer ante un juez para ser sometidos a un interrogatorio y responder a delitos de rebelión, terrorismo y tenencia ilícita de explosivos. Los otros dos han sido puestos en libertad con cargos. Se mantiene la acusación de terrorismo y se les advierte que deben presentarse cuando se les cite.
CDR son las siglas que pertenecen a una organización asamblearia llamada Comités de Defensa de la República que inició sus actividades poco antes de que se produjera la famosa declaración unilateral de Barcelona con la que daba comienzo la República Libre e Independiente de Cataluña, el dislate oficiado el día 1 de octubre de hace dos años. El grupo pretendía conmemorar por lo visto el acontecimiento atentando contra un cuartel de la Guardia Civil en el Vallés, y la intervención policial incautó planos de establecimientos públicos e instrucciones para elaborar explosivos caseros. Si no fuera porque las irresponsabilidades independentistas parecen haber rebasado la línea, lo natural sería suponer que el plan forma parte de un guión de película humorística de los años sesenta. Una especia de “Atraco a las 3” con López Vázquez, Gómez Bur, Gracita Morales, Cassen y Alexandre, pero con independentistas. Desgraciadamente, estos tíos hechos y derechos –me ha sorprendido saber que los detenidos cumplen edades comprendidas entre los 35 y los 50 años- tienen la cabeza completamente hueca pero eso no los exime ni del delito ni del ridículo. Los que precipitaron los dolorosos y traumáticos hechos de octubre de 2017 nunca supusieron que tendrían que asumir la gravedad de sus acciones y que irían al trullo por ello. Sospecho que nunca entendieron que estaban jugando con cosas muy serias. Estos CDR tiene la misma pinta. Tontos útiles a los que, con todo merecimiento, se les va a caer el pelo por majaderos. Luego vendrán los lloros cuando, reos de terrorismo, ingresen en el talego.
