Opinión

El cese, el chalaneo, el parche

Rosa María Mateo fue cesada, pero la solución otorgada a la RTVE no es otra cosa que un vergonzante parche

El periodo durante el que Rosa María Mateo ha permanecido en calidad de Administradora única a los mandos del Ente público RTVE, ha sido quizá el paréntesis más vergonzoso de intervención y manipulación transcurrido en el ecléctico mundo de los medios de comunicación públicos desde la muerte de Franco. La antigua locutora de la casa, con la edad de jubilación ampliamente superada, ha permanecido en un puesto que no existía y que nunca se había provisto ni siquiera durante la dictadura franquista, desde los primeros días del mes de julio de 2018 hasta el día de ayer, 25 de febrero de 2021, es decir, prácticamente tres años en los que ha operado sin el menor control, desempeñando un poder absoluto que ni corresponde ejercerlo a ningún presidente de la corporación ni en democracia puede tolerarse. Este lamentable espacio vacío de toda legislación y subordinado a la completa servidumbre de la compañía pública a un Gobierno y sus mecanismos de influencia, han jugado además otro papel igual de desastroso. La completa pérdida de confianza del televidente para con la televisión de todos, que ha conseguido relegar a la en otro tiempo primera oferta televisiva del país, a la tercera o la cuarta plaza en la preferencia de los consumidores. El resultado ha sido una auténtica e irrecuperable hecatombe.

Ayer, merced al acuerdo logrado por los partidos políticos, Rosa María Mateo fue cesada, pero la solución otorgada a la RTVE no es otra cosa que un vergonzante parche que sigue negando al ente público un tratamiento normalizado que permita imaginarlo recuperando otra vez sus perdidas dotes de ecuanimidad, sus necesarias condiciones de servicio a la ciudadanía y sus virtudes más honorables. El chalaneo aplicado al cambio no hace otra cosa que perseverar en la dinámica de hacer de la mayor compañía de información y entretenimiento del país un instrumento de manipulación política y mensajería subliminal, el mayor que pueda imaginarse. No hay cambios en realidad con la sustitución de Rosa María Mateos por José Manuel Pérez Torneo y la presencia en el renovado Consejo de Administración porque vuelve a obviarse el prometido concurso público para cubrir la vacante y vuelve a acudirse al ignominioso reparto de sillones.

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