Opinión

Conocer y saber

Conociendo mi afición por las perolas, mi familia me regaló estas Navidades un curso de cocina oriental en la que aprenderé un buen puñado de técnicas relacionadas con una exótica y atractiva ciencia culinaria. Odio hablar de mí, pero he de reconocer también que he sido un curioso en todo aunque cierto es también, sin saber de nada. Nadie me enseñó a dibujar y hubo un tiempo en que me gané la vida como chistero y caricaturista, nadie me enseñó a tocar la guitarra y llevo más de medio siglo tocándola, mal pero tocándola, nadie me enseñó a escribir en realidad y me las he ido ventilando para salir adelante en una materia donde la competencia es más que áspera, y tampoco me enseñó nadie nada sobre cocina y algunas cosas soy capaz de hacer en los fogones aunque mi técnica sea desastrosa y ni siquiera puedo cortar una cebolla con cierto estilo. Es decir, que yo hago cocina cuartelera y para invitar a los míos a cenar me basta. También sé hacer crucigramas, doblo chapas de botella apretándolas entre el dedo pulgar y el índice, y antes nadaba muy bien. Ahora, no tanto.

Pero ahora, y por primera vez desde que tengo uso de razón, me van a dar clases de alguna de esas materias que han llenado mi vida de situaciones agradables y estoy simplemente deseoso de que ese talento natural que algunas personas me suponen para las cosas más disparatadas pueda ser encauzado por alguien que de verdad entienda –y mi profesora de cocina oriental les aseguro que entiende un rato de ello- para que yo pueda aprender algo con una base científica concreta y seria y no fijándome en los dedos de un vecino cuando aquel tío tocaba la guitarra.

A los que hemos ido dando cabezadas y metiendo las narices en un montón de cosas sin orden ni concierto por el extendido y aguerrido sistema de la gramática parda, nos persigue como una sombra por las entrañas de la existencia el molesto complejo de la falta de rigor porque, en efecto, somos absolutamente conscientes de que todo lo que sabemos lo hemos ido sabiendo por propia iniciativa y que nos falta preparación verdadera para desarrollarlo. Ya iba siendo hora de sentar bases. Aunque sea para comer pescado crudo.

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