Opinión

Cuatro contra tres

Las agrupaciones con más enjundia e historia están integradas habitualmente por cuatro componentes. Cuatro fueron los mosqueteros a pesar del título de la obra que propone solo a tres de ellos teniendo en cuenta que el joven D’Artagnan solo obtiene su ingreso en el cuerpo al final de la novela que encabeza la trilogía, y cuatro son los bíblicos jinetes del Apocalipsis. Cuatro fueron los evangelistas, y cuatro eran los Fantásticos. También eran cuatro, que no se me olvide, los Beatles a los que un productor propuso protagonizar una nueva versión cinematográfica precisamente de los mosqueteros de Dumas con Harrison como Aramais, Lennon en el papel de Athos, McCartney como el joven D’Artagnan y Ringo haciendo de Porthos quizá porque era el más feo de toda la peña. Cuatro es un número redondo porque es equitativo y muy cómodo para establecer caracteres novelescos que definan y equilibre a los componentes de un colectivo. Divisible por dos y muy simpático y moldeable, el número cuatro transmite equilibrio, ampara y fomenta valores como la amistad y el compañerismo, y estoy por asegurar que no hubiera desmerecido en absoluto la presencia de un cuarto rey para hacer de los Magos un cuarteto que cubriera el abanico de las grandes razas que pueblan el planeta. Un monarca del lejano Oriente se echa de menos. En la baraja de cartas se solventó el tema imaginando cuatro soberanos, que es mucho más divertido.

Pero los Reyes Magos son tres y, según la tradición, han visitado los hogares de los niños españoles en la noche de ayer depositando al amor de la chimenea los regalos que los niños han pedido. Los niños de hoy, habituados a convivir con una pandemia que les obliga a acudir a clase provistos de mascarillas cuando les dejan hacerlo, comprenden sin duda el complicado escenario en el que los monarcas tienen que desenvolverse en este año siniestro. Ellos, han pedido todos esos artilugios que la alta tecnología ha puesto al servicio del divertimento infantil. Otra cosa es que puedan traérselos. Sus papás también han pedido a los reyes algunas cosas, sin duda. No hace falta mucho seso para conocer las peticiones de la mayoría. Queridos Reyes, a ver si les traéis sentido común y competencia a los que nos mandan. Como no intervengáis vosotros, no nos vacunan ni en la Navidad del año que viene.

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