Opinión

Debates de tauromaquia

Julián López Escobar, uno de los primeros espadas del panorama taurino, lleva mucho tiempo tratando de acercar el mundo del toro a la sociedad que lo alimenta proponiendo foros, encuentros y debates que le fortalezcan ente la opinión pública, y adoptando causas justas a favor de las cuáles se juega el bigote en su cruzada por añadir a la tauromaquia un necesario argumento social que le procure comprensión y simpatía en sus sectores más alejados. Es el Juli y el Juli es un torero admirable dentro y fuera de los ruedos cuyo compromiso con el arte que le da de comer se presenta mucho más allá de la pura vocación taurina tan necesaria para dedicarse a este oficio de tanto riesgo.

A últimos de semana se encerrará con seis toros a los que va a lidiar sin cobrar un duro, en beneficio de los niños enfermos de cáncer. Cada dos por tres, el maestro madrileño torea un festejo benéfico, corre con los gastos, expone el cuerpo en su cita gratuita con los morlacos, y entrega toda la recaudación para defender un colectivo de necesitados. No son muchos los personajes públicos que se involucran en actividades tan generosas y tan desinteresadas.

Julián, hijo de novillero y con un aspecto que en nada recuerda las características que suelen tipificar el perfil de un clásico matador de toros –aceituno de piel, cabello negro, ceño fruncido, pocas sonrisas y menos palabras- tiene 32 años, es simpático y del Atleti, y se parece más a un turista norteamericano de paso por Madrid para catar las emociones de la Feria de un San Isidro en las Ventas que a uno de sus grandes protagonistas, a la cabeza de una lista de figuras que comparte con El Fandi, Castella, José Mari Manzanares, Morante, Ponce, Talavante, Manolo Escribano e Iván Fandiño, lo más granado del escalafón de esta recién nacida temporada.

Julián, como otros muchos toreros, empresarios, comentaristas y aficionados a la lidia sienten una comprensible inquietud por si a los nuevos regidores de la capital les da por ser fieles a sus principios dominantes y deciden poner manos a la obra para suspender la actividad taurina en Madrid, un escenario que no goza de las simpatías de estos políticos mucho más cerca del rechazo frontal hacia lo taurino que de su comprensión.

El diestro es hoy uno de los puntos fuertes de este debate y su discurso es racional, sensato y ponderado. Pero nunca se sabe…

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