Opinión

El ejemplo de Fray Luis

La actividad parlamentaria se ha reanudado, tras dos meses largos de asueto, en el mismo contexto y con los mismos planteamientos con los que se cerró el anterior ciclo. Fray Luis de León, el fraile belmonteño catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca que fue preso por traducir el “Cantar de los Cantares” al lenguaje coloquial, se incorporó a la cátedra tras su confinamiento con un lacónico “Decíamos ayer”, como si no hubieran transcurrido cuatro años desde que el Santo Oficio lo condenara tras la denuncia presentada por un compañero de claustro comido por la envidia.

Fray Luis solía iniciar sus clases con un resumen de lo explicado en la sesión anterior, y eso es precisamente lo que hizo. Su ejemplo ha cundido y ha atravesado con entera naturalidad cinco siglos, llegando hasta nuestras días y sirviendo de referencia a aquellos que se han sentado en el hemiciclo para asistir a la comparecencia de la vicepresidenta Calvo a la que Sánchez ha enviado al estrado en su representación, con la sencilla y admirable misión de dejar que la hicieran picadillo. Lo bueno de mandar mucho entre los propios –una costumbre muy arraigada en el PSOE que hace bastión de la entrega, diviniza a Felipe, Zapatero y Sánchez hasta que se percata de su inconveniencia y se vuelve cainita- es que emite una orden y se cumple al instante. Sánchez ordena que Calvo se coma el marrón de Open Arms, por ejemplo, y se acepta sin chistar. De esos van unos cuantos.

Dicen que en el pleno se manifestaron con fuego e iracundia los nuevos portavoces que son mujeres en aplastante mayoría, y que ofrecieron una muestra del espíritu de combate sin cuartel que va a presidir la nueva legislatura si es que hay nueva legislatura. De no ser así y se acude a una nueva cita electoral, muchas de sus señorías no van a volver a sentarse en los escaños que ocuparon el jueves porque muchos de ellos no van a repetir, que es una figura muy representada en el mus con la famosa sentencia: “nadar y nadar para morir en la orilla”. No hay noticias fidedignas de que se pueda producir un pacto consistente, y los comentaristas políticos presentes en la tribuna sospechan que el lenguaje utilizado por los intervinientes responde menos a un pleno monotemático sobre migraciones y mucho más a una campaña electoral hecha y derecha. Llevamos metidos en ella tanto tiempo…

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