Opinión

El eterno ausente

Como era de prever y esto se le ocurre incluso al que asó la manteca, el doctor Torra cumplió con su decisión de no acudir a la cumbre regional de San Millán de la Cogolla organizada por Pedro Sánchez y la máquina de Moncloa, para mayor gloria de su personaje residente.  Si no conocen el paraje se lo recomiendo vivamente. El más viejo de sus monasterios, llamado de Suso, está monte arriba como su propio nombre indica, y procede del tiempo de los visigodos. Allí se retiró en el siglo V, el anacoreta Emiliano o Millán que también se dice, y en torno a su sepulcro se pusieron sus primeras piedras en forma de cenáculo rodeando la sepultura. Allí también, en el siglo XI, redactó el admirable fraile Gonzalo de Berceo sus escritos en romance, iniciando el fecundo camino de la lengua castellana, legitimándose como el primer representante del llamado mester de clerecía, que permitió a la gente del pueblo glorificar a Dios a su propia manera sin necesidad de aprender el latín que era propio de la nobleza.

Torra no podía permitirse en ningún caso acudir a una convocatoria en cierto lugar tan infame como el que se determina como cuna y prez del idioma castellano, aunque sí podría hacerlo Urkullu porque allí también, como se conoce visitando el museo instalado en el monasterio del llano llamado de Yuso, se conservan los primeros testimonios escritos de la lengua euskera.

Pero Torra no podía acudir no solo por su aversión infinita a la lengua común y la particular interpretación que los historiadores independentistas han introducido de matute en los libros para promover y alentar el odio de un sector de Cataluña a los monarcas de estirpe Borbón, sino porque allí era simplemente uno entre pares y además uno de los más lerdos, más inútiles y menos letrados. Por lo tanto, no fue porque tiene miedo. Le da vergüenza compartir espacios con dirigentes más avispados, más competentes y más respetados y, por tanto, necesita refugiarse en el único terreno donde se encuentra protegido y del que no quiere salir ni a tiros. Las comparaciones son odiosas y en todas sale perdiendo.

La convocatoria de San Millán era otra patraña y estaba exclusivamente diseñada para mayor gloria de Pedro Sánchez y para que los presentes le hicieran la ola. Pero la incógnita ahora es averiguar qué va a hacer Sánchez después de que Torra hiciera novillos. ¿Le castigará sin postre?, ¿no le dará la paga del domingo?... Ya veremos.

Te puede interesar