Opinión

Hay más cosas

Los acontecimientos intensos que hemos vivido estos días y que, seguramente seguirán produciéndose en días venideros a juzgar por el comportamiento separatista que ya ha aprobado una declaración conjunta para mantener su apuesta por la independencia desde las más altas instancias del catalanas, no dejan contemplar otros escenarios. Para todos aquellos profesionales que se ven abocados a  comentar todos los días y a todas horas la misma historia con carácter monográfico, vaya mi más calurosa y rendida admiración cariñosa y solidaria porque no encuentro yo una comisión más ingrata que tener que adscribirse a un tema único sobre todo si, como sospecho que ocurre aquí, algunos de aquellos a los que les toca semejante ocupación sienten cierta repulsa por el escenario al que están abocados. Lo mucho acaba cansando aunque sea delicioso, y los historiadores saben que los obreros que trabajaban en la construcción de la catedral de Santiago, cursaron una protesta a sus patronos porque se veían obligados a comer salmón todos los días y acabaron de él hasta las trancas.

Los pocos huecos que deja esta permanente matraca que tiene también hasta las trancas al buen pueblo de este viejo país, lo llenan con menos entusiasmo los trabajos para sacar los restos de Franco de su sepulcro y conducirlo hasta un cementerio situado en el Pardo, en un ambiente electoral que Sánchez hace esfuerzos inhumanos por devolver a su antiguo cauce. La sucesión de estos últimos episodios se lo está complicando a Pedro Sánchez y no estoy yo muy seguro de que el golpe de efecto del traslado sea beneficioso para el presidente del Gobierno en funciones. De hecho, el crecimiento de Vox está proclamando todo lo contrario. 

Queda, por lo que he podido observar un tema menor que, a estas alturas de la película, es francamente bien recibido por una notable porción de la opinión pública nacional  atiborrada de tila para paliar sobresaltos. Se trata del modelo vestido por la reina Letizia en las galas de entronización del nuevo emperador japonés, un atuendo que los periódicos han destacado positivamente estableciendo una tregua entre los comentarios de moda y la soberana. Todos están con ella en esta ocasión menos un sujeto llamado José Fernández Pacheco que se hace llamar Josie y que se gana la vida como influencer de moda. Doña Letizia y su vestido  no le gustan nada. Josie es el estilista de Cristina Pedroche. No les digo más.

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