Opinión

Hubiera cumplido ochenta

John Lennon hubiera cumplido ochenta años el pasado día 9 pero uno de esos villanos que se empeñan en incrustarse en la Historia por cometer un espantoso crimen, se encargó de que no pasara de los cuarenta. El 8 de octubre de 1980 para las cuentas europeas –la diferencia horaria con la costa este de los Estados Unidos impone la no coincidencia de fechas en ambos continentes- un perturbado por nombre Mark David Chapman, esperó su vuelta a casa y le disparó cinco tiros con un revolver del 38, tres de los cuales le entraron por la espalda y lo reventaron por dentro, un cuarto hizo blanco en su brazo izquierdo a la altura del hombro, y el quinto se perdió en el aire. Chapman no ha salido aún de la prisión de Attica donde fue internado después de que un jurado popular lo encontrara culpable de asesinato en primer grado, y un tribunal lo condenara a cadena perpetua. Cumplió veinte años de condena en 2001, pero la junta de revisión de penas le ha denegado su salida once veces. Hoy tiene 65 años y asegura que se arrepiente de aquello. A lo mejor es cierto.

Hoy, y con el paso balsámico de los años, estoy completamente convencido de que Lennon no es el apóstol de la paz en el que han acabado convirtiéndolo aquellos seguidores que se empeñaron en mitificarlo e identificarlo con un Jesucristo del siglo XX. También sé que su mensaje político y su actividad social es una perfecta estupidez en sintonía con sus conflictos interiores, propios de un sujeto torturado por sus dudas, sus extremas contradicciones y sus manifiestas irresponsabilidades. Ni siquiera estoy convencido de que fuera en realidad un buen hombre, y existen muchos pasajes de su existencia que así parecen determinarlo. Pero conocer a John Lennon con cierta profundidad tratando de separar previamente el grano de la paja, es un ejercicio que aquellos a los que los Beatles –no siempre John, Paul, George y Ringo por separado ni mucho menos- nos han regalado el tesoro inmenso y glorioso de su música incomparable, su expresión y su influencia para hacernos mejores y más felices, hemos de hacer con carácter obligado para gozar ese legado en toda su potencia. Lennon hubiera cumplido ochenta y no estoy seguro de qué habría sido de él. La Historia no puede manejarse a capricho ni el tiempo se recupera. Por más que algunos lo intenten y así nos luzca el pelo.

Mejor dejemos a Lennon con está.

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