Opinión

El informe de la Guardia Civil

El informe de la Guardia Civil descubriendo los términos en los que el ministerio del Interior planteó un turno de negociaciones secretas con el entorno abertzale para dilucidar de común acuerdo el porvenir próximo de los presos etarras, todos ellos encarcelados por delitos de sangre, es especialmente ilustrativo porque esos turnos de negociaciones soterradas coinciden precisamente con las elecciones generales de 2019. El mensaje depositado en un chat compuesto por representantes de colectivos pro etarras  por el diputado Julen Azuega de EH Bildu, en el Parlamento Vasco, tiene fecha del 25 de febrero y en él se informa a sus componentes –el abogado Txema Matanzas, el coordinador de familias de presos de ETA, Gracia Sertucha y el veterano miembro histórico de la banda Sáez Eguiluz- de que el ministro Marlaska había ordenado trato de favor  individualizado a un etarra preso llamado Aitzol Gogorza. Gogorza fue puesto en libertad  diez días después de que Pedro Sánchez fijara la fecha electoral para el 28 de abril. Salió a la calle en plena campaña electoral.

El informe es demoledor y demuestra reuniones de coordinadoras de presos etarras con representantes de Instituciones Penitenciarias, paralización de actividades de control coincidiendo con los infames Ongi Etorri, actuaciones de favor para unos cuantos presos, y la presencia de un personaje  del Gobierno al que los etarras conocen simplemente como “el de Madrid” que era el supuesto interlocutor jefe. Los pro etarras llamaban a estos “pasar la lista de prioridades” La Guardia Civil elaboró este amplio informe cuyo contenido ha sido filtrado, a petición de la Audiencia Nacional cuando el alto tribunal no pudo seguir respondiendo en blanco a las reiteradas quejas de las asociaciones de víctimas del terrorismo que se sentían comprensiblemente ninguneadas, humilladas y zaheridas por el comportamiento del ministerio y del ministro Marlaska.

La reacción gubernamental ha sido tan infamante como las propias artes mostradas por los negociadores concediendo peticiones a los colectivos etarras a cambio de la complicidad de los colectivos etarras con la candidatura de Sánchez. Luis Briones, candidato sanchista a la Junta de Castilla-León ha concluido hace unos días: “hay que reconocer a las víctimas  y saber perdonar a los verdugos”. La ministra asegura que todo es conforme  a la ley. Los demás estamos indignados.

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