Opinión

Lenguaje y homenaje

Por qué a estas alturas se pone en circulación una nota de la banda criminal para pedir el final de los homenajes

Todo lo que tiene que ver con ETA suena, a estas alturas del siglo XXI, como a viejo, a pasado y a pesadilla, que el tiempo se está encargando poco a poco de sepultar. Por eso, cuando los viejos asesinos se empeñan en sacar la cabeza, una sociedad que está viviendo en otros parámetros opuestos a aquellos años de negritud rociada de plomo, se coloca en guardia. Una notable parte de esa sociedad no ha conocido la tragedia y lo poco que sabe se la ha contado –apasionada y tremenda o bien sesgada e inexacta en su mayor parte- los abuelos que la vivieron: los que la padecieron o los que la construyeron y practicaron. Diez años largos después de que los encaperuzados de la boina explicaran que se entregaban las armas, nadie desea remover el pasado ni tiene el más mínimo interés en recordar un periodo de la historia del país que, normalmente, produce frustración y vergüenza.

La pregunta por tanto es por qué a estas alturas y con el tiempo trascurrido, se pone en circulación una nota redactada al parecer por los presos que cumplen condena por pertenecer a la banda criminal, en la que se solicita que se acaben los homenajes a los excarcelados, los tristemente famosos “ongi etorri” que tanta frustración y dolor han causado a los familiares de las víctimas. Si bien en algunos rincones de la política se ha dado como bueno y se ha ensalzado y otorgado bienvenidas esta petición,  en otras muchas fuentes se ha interpretado la nota –cuyo lenguaje rico en ambigüedad y corrección política no tiene desperdicio- como un punto más en la estrategia abertzale para blanquear definitivamente el independentismo violento hasta convertirlo en una verdadera y no despreciable opción de Gobierno. Hace mucho tiempo que el PSOE se desprendió de lastres morales para aprovechar la oportunidad que le ofrecía Bildu. Hace por tanto mucho tiempo que el PSOE no vería con malos ojos un Otegi presidente de Euskadi. Al fin y al cabo, su respaldo ha sido trascendente para consolidarlo en La Moncloa.

Lo verdaderamente trascendente sería que ningún sector de la sociedad vasca se aviniera hoy a intervenir en los “ongi etorri”, y que estas actuaciones indeseables se murieran de puro rechazo. No es el caso. Por tanto, esto no se ha acabado. Lo digo por si alguien no se ha dado cuenta.

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