Opinión

Lo bueno, si breve…

Javier Fernández, el presidente de la Gestora del PSOE -un caballero sumamente discreto e incapaz de liarla por otra parte- le ha sentado como un tiro la ingerencia de Podemos en el tratamiento que el grupo parlamentario socialista desea otorgar a los casos de corrupción del PP, y le ha remitido un escrito negándole la posibilidad de una moción de censura con una queja formal recriminando a Podemos su mala costumbre de meterse en los asuntos de los demás. Por desgracia y al parecer, la nota no ha sido revisada más que por él porque contiene veintiséis errores ortográficos entre palabras incompletas, discordancias, problemas de puntuación y otros percances gramaticales. Tan mal le ha debido sentar al hombre este imperdonable abuso de confianza al que, por otra parte, es muy aficionada la tropa de Pablo Iglesias, que ha escrito lo que se le venía a la boca sin meditar una redacción razonable y un tratamiento correcto. Y le ha dado el visto bueno sin medidas cautelares ni encomendarse a otras fiscalizaciones ajenas en estos casos muy prudentes y oportunas. Se sabe de muy buena tinta que cuatro ojos ven más que dos y esas cosas que consideramos de obligado cumplimiento casi todos los que nos dedicamos a juntar letras, no parecen tenerlo en cuenta los políticos. Quizá Javier Fernández está tan solo y el partido está tan ocupado en lo suyo de las primarias y los combates dialécticos, que el capitán no tiene quien lo lea. Ni quien le corrija el zafarrancho de comas y puntos mal colocados que jalonan un texto de cuatro párrafos y veinticinco líneas, a error y pico por línea si no salen más las cuentas.

Estamos, sin duda, ante una anécdota, pero por el bien de las instituciones y de sus propios integrantes, y por la salud intelectual del país, no estaría de más exigir un mayor rigor a la hora de hacer públicos documentos. Por lo demás, las quejas que Fernández plantea en su misiva son muy comprensibles y bastante contenido ha estado el hombre al expresarlos. Por tanto, la queja no está en el fondo sino en la forma que es aquello que, con más frecuencia de lo deseable, se desprecia. Si uno lleva razón y la expresa de un modo correcto, lleva razón y media. Y si lo hace con brevedad es aún mejor como dijo Baltasar Gracian. Qué razón tenía.

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