Opinión

Los que saben ya dicen

Dicen los que de esto saben y están cerca de los núcleos de poder, que en los próximos días nos lo jugamos todo a los dados, en este complicado escenario que se ha ido construyendo en torno a la consagración de un ocupante del palacio de la Moncloa. Hay anunciadas varias reuniones vis a vis que cristalizarán en un acuerdo que consiga finalmente determinar el nombre del próximo presidente del Consejo de Ministros. Son reuniones pendientes literalmente de hilos, continuas y a dos y a tres o más bandas en las que intervendrán factores no estrictamente políticos para una España en la que se observa no sin ciertos niveles de preocupación cómo evoluciona una línea marcada por el presidente en funciones que necesita de determinadas alianzas para llevar a cabo sus propósitos. He leído por ahí los comentarios de los santones del periodismo político mayoritariamente de acuerdo a la hora de anunciar que Pedro Sánchez ha tomado un camino y de ahí no le va a mover otra cosa que el fracaso de sí mismo. Sánchez ha decidido empeñar su ambición de presidencia en un pacto con Podemos que necesita de la colaboración inexcusable del independentismo especialmente del catalán –que es como si para vigilar un gallinero se echara mano del lobo- y no parece dispuesto a cambiar de idea. Inés Arrimadas, que ha recibido la magra herencia de un partido diezmado y trata de levantarlo a pulso, se ha colocado a la cabeza de un movimiento enfocado a tratar de convencer al aspirante a la presidencia de que lo que está a punto de acometer no solo es una locura sino también un suicidio, pero esas voces que están cerca de los ámbitos donde Sánchez pasea su apostura ligeramente patética, aseguran que no hay nada que hacer. Que Sánchez ya ha empeñado su palabra con Podemos y que está dispuesto a aceptar cualquier cosa por defender esta alianza. Y si hay que tragar por contenidos simplemente inconstitucionales que vienen del independentismo se traga y luego ya veremos. 

No es Arrimadas en mi opinión quien puede conseguir que Sánchez se tire en marcha de este coche sin frenos a cuyo volante se ha sentado, sino sus propios compañeros de partido muchos de los cuales están aterrados ante el cariz de los acontecimientos. Pero para más liarla, ha saltado al escenario el bailarín Miquel Iceta y se ha puesto a trabajar en clave independentista. Esto no pinta bien.

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