Opinión

Margarita Robles y el efecto Groucho Marx

Se atribuye a Groucho Marx la ocurrente frase “nunca perteneceré a un club que tenga entre sus socios a un sujeto como yo”, sentencia que parece haber inspirado a Margarita Robles una vez que la ministra de Defensa conoció la decisión del Tribunal Constitucional de considerar invalidado el confinamiento domiciliario decretado por el Gobierno en los primeros compases de la pandemia. Robles se plantó ante los micrófonos de la cadena SER y lamentó la sentencia firmada por once magistrados, a la que definió como fruto de “elucubraciones doctrinales”. Parece evidente que Margarita Robles ha quemado sus naves en relación con una posible vuelta a la carrera judicial el día que abandone el Gobierno. Y si ese es su deseo a la hora de plantearse un futuro, ha elegido el método más demoledor. Es decir, el método de Groucho Marx. Margarita Robles no quiere pertenecer a un colectivo como la judicatura que tenga entre sus componentes un integrante como ella, porque para qué buscar detractores en plataformas supuestamente críticas con los magistrados, como por ejemplo alguna prensa. Con tal de que se cuente con una voz tan despiadada como ella para descalificar a sus colegas lo demás sobra.

Siento por Robles un especial respeto y mi respeto se lo ha ganado planteando sus actuaciones desde un prisma sensato y libre de servidumbres. Es una mujer culta, sensible, con personalidad e iniciativa. Por eso, leí sus declaraciones francamente sorprendido. Sobre esta misma cuestión opinó la nueva ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, pero a nadie sorprendió que se hiciera un lío y confundiera el Constitucional con el Supremo o con el Consejo General del Poder Judicial porque Belarra es simplemente una inculta que no sabe de casi nada y que tira por la calle de en medio sin saber lo que dice. Belarra se lío con la renovación del Consejo General del Poder Judicial y atribuyó a esta dificultad de renovación una presumible oposición de los tribunales de Justicia contra el Gobierno, lo cual es confundir el culo con las témporas.

Pero Robles es jueza. Y además, una jueza con muy buen pasado. Por lo tanto, su reacción no se entiende porque no es fruto de la ignorancia como Belarra. Robles ha puesto en cuestión a la propia Justicia a la que pertenece. Como Groucho Marx.

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