Opinión

Los partidos que se escapan por detalles

Los primeros 100 días del Gobierno de Sánchez se han reflejado con abundancia y complicidad en los medios de comunicación, aunque, para desgracia de un ejecutivo modelado con el objetivo general de vender el producto, el algodón no miente y a un primer periodo de benevolencia ha sucedido otro mucho menos complaciente obligado por unos índices económicos que pregonan el principio de una desaceleración de la que el tortuoso camino del equipo económico de Moncloa es mayoritariamente responsable. Según se informa en parcelas destacadas de determinados medios informativos -RTVE está ganado para la causa tras una espectacular escabechina- el IBEX 35 ha perdido en este tiempo trascurrido desde el último día del mes de mayo en que Sánchez ganó la moción de censura parlamentaria hasta la fecha, más de once mil millones de euros. Casi un 3% de su fondo lo que convierte al principal índice de la Bolsa española en el peor de toda Europa. Ni el de Milán que está como toda Italia con la soga al cuello ha mostrado un comportamiento tan desastroso.

Dicen los que entienden, que con la Economía de los países avanzados ocurre como con los partidos de fútbol en el panorama actual. Que se ganan y se pierden por detalles.  Probablemente es cierto y la trayectoria de la política española desde el 31 de mayo está cuajada de esos mencionados detalles que se encargan de administrar las derrotas y las victorias. Sánchez y su equipo han puesto en circulación mensajes tan sorprendentes como aquel que condenaba el uso de los carburantes diésel para los coches que sembró una alarma innecesaria. O como ese anunciado impuesto a la banca que posteriormente trató de descafeinarse sobre la marcha ante los efectos que había producido en un sector que movilizó a sus generales para frenarlo. El resultado no es otro que una súbita marcha atrás. Primero se redujo al mínimo para no aparentar vencimiento y más tarde se abandonó. Una catástrofe.

La desazón económica está presente y está apuntando en varios importantes frentes como si fuera el espectro de una monja cargada de cadenas y con su blanco hábito de clausura por sudario. Y no hay espada más puntiaguda ni más dañina que una caída a plomo del PIB. Contra eso no hay sonrisas ni estrategias de comunicación que valgan.

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