Opinión

Preparación o ideoneidad

La propuesta del presidente Pedro Sánchez para otorgar a la reciente ministra de Justicia, la Fiscalía General del Estado, reactiva una vieja polémica que comparece con mayor o menor intensidad cada vez que el Gobierno ejerce su potestad para concretar esta siempre discutida elección. La vinculación del propuesto a las mayorías gobernantes, lo que contribuye a colocar en permanente duda la independencia del colectivo judicial.

El aspirante a Fiscal General necesita un informe previo del Consejo General del Poder Judicial en el que se proclama la idoneidad del personaje designado, a pesar de que, sin embargo y sorprendentemente, no es vinculante. Y por tanto, puede ser obviado sin cometer con ello irregularidad alguna. Para abreviar el trámite, el escrito firmado en esta ocasión por el presidente del Consejo, Carlos Lesmes, ni siquiera se refiere a esa idoneidad. Solo determina que cumple los requisitos establecidos para desempeñarlo, una redacción novedosa a la que Lesmes ha acudido -según propio reconocimiento- para restar virulencia al debate suscitado. 

El problema de fondo en este caso concreto no se relaciona directamente sin embargo con el expediente personal de Dolores Delgado. Ni siquiera con su competencia profesional, cuya trayectoria en el ejercicio del ministerio público es evidentemente dilatada. Delgado es una fiscal veterana, con más que quince años de actividad al hombro, y seguramente con un amplio bagaje de conocimientos técnicos que nadie trata de poner en la balanza. La situación proviene de su pertenencia a un partido político determinado con el que ha hecho campaña política en la calle. Esta pertenencia enlaza con su condición de quinta plaza en la lista por ese partido –el PSOE por tanto- por la demarcación electoral de Madrid que le ha propiciado un escaño de diputada en el Congreso del que dimitió ayer mismo. Se trata por tanto de una aplicación grave y perversa de la denostada doctrina de la puerta giratoria que ella misma criticó ferozmente durante su campaña política y que ahora la conduce directamente a un delicado cargo para el que la neutralidad es imperativo categórico.

Da igual, porque Sánchez va a imponer su criterio caiga quien caiga. Por eso se queda Tezanos, que ya ha hecho público un nuevo plato cocinado en sus perolas. Y ya se sabe que el PSOE sube y los demás bajan. Lo de siempre.

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