Opinión

Reyes Maroto lo deja

Como muchos otros ministros de este nutrido equipo nombrado por Pedro Sánchez, Reyes Maroto fue  colocada en su departamento poco más que para abrir y cerrar las puertas. La situación de algunos de los departamentos reestructurados con nombres rimbombantes para hacer importante al titular de la cartera eran en realidad sacos sin fondo en los que  cabía todo y no cabía nada. Por ejemplo, el ministerio de Fomento de toda la vida pasó a llamarse de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana con Ábalos de figura. A Reyes Maroto le tocó en suertes un superministerio que al menos era así atendiendo a sus rimbombantes apellidos, Industria, Comercio y Turismo. Esta profesora vallisoletana debía meter mano en varias competencias de primer nivel, pero el paulatino adelgazamiento del Estado en favor de las comunidades actuaba de tal modo que siempre era más el ruido que las nueces.

Esto fue apacentándose con mejor o peor suerte hasta que llegó el Coronavirus. Y las condiciones impuestas por la pandemia propusieron un terreno de actuación diametralmente opuesto al que existía antes de su presencia. Lo peor de todo es que la propagación del Covid-19 colocaba a los ministros del Gobierno en el excesivo trance de tener que tomar decisiones. Y no solo elevaban el techo de la competencia sino que exigían actuar bien. Para muchos de ellos, aquello comenzó a parecerse a una hecatombe porque de una existencia y sin sobresaltos se pasaba a una prueba de responsabilidad diaria y no muchos de ellos superaron la prueba. Los más afortunados consiguieron difuminarse  y lograron que no se hablara una palabra de ellos. A Reyes Maroto, que se prometía una gestión estupenda teniendo en sus manos una de las fuentes de riqueza más estables y crecederas del país como el Turismo, se le vino el techo encima. No ha dado una desde entonces y el sector está que trina. España ha sido el país que más turistas ha perdido en esta pandemia.

El remedio que se ha buscado es salir corriendo. Infiel a los votantes que la habían hecho ministra, irresponsable por dejar su ministerio en un fatal momento, cobarde por su abandono cuando más gestión es necesaria, se ha refugiado  en la lista de Gabilondo para la Asamblea de Madrid. Iglesias no está solo en su huida. Maroto está con él.

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