Opinión

El tapado catalán

Se acerca el 27 de septiembre y la lista construida para oficializar en urnas el proceso de independencia todavía no ha despejado con carácter oficial quién será el nuevo presidente de la Generalitat en el caso en que gane su candidatura. Es cierto que los dos líderes de las formaciones que se han puesto de acuerdo para constituirla dicen tener firmado un pacto secreto que aclara esta duda, pero el electorado ni está seguro ni nadie le ha comunicado aún quien será en verdad el que proponga para ocupar el puesto.

Sobre todo si tenemos en cuenta las salidas y entradas a escena del sujeto que Oriol Junqueras ha impuesto a Mas para que ocupe el primer puesto. Es el pintoresco Romeva, un verso suelto del independentismo, que nació en Madrid y que se inventó un rollo meta-secesionista con retrogusto ecológico con el que se ha arreglado para conservar su escaño en el Parlamento Europeo y con el que se ha apropiado de una imagen de individuo aceptable y sobre todo inocuo como estoy seguro le tenía catalogado el número cuatro de esta partida, Artur Mas al que quizá le pese a estas alturas su incomprensible condescendencia.

Pocos días después de aparecer encabezando la lista de esta estrambótica candidatura multicultural y heterogénea llamada genéricamente “Junts pel Si”, este caballero llamado Räul Romeva Cuesta, advirtió que nada estaba dicho sobre quién sería el aspirante a la presidencia y postulándose implícitamente para el puesto. A Mas le dio el ahogo y hubo de mandar a su incondicional la vicepresidenta Monté para rebatirle asegurando que todo estaba atado y bien atado.

El asunto pareció aquietarse hasta que hace unos días Romeva volvió a darle una vuelta al delicado asunto del nombramiento sembrando por segunda vez el pánico en las filas convergentes. Dijo que el proceso no lo pilotaba ni Mas ni Convergencia y ha vuelto a liarla. Existe una tercera e igualmente inquietante comparecencia, esta vez de Junqueras, para especificar que en un operativo de tal trascendencia, el nombre del futuro presidente es lo de menos. Sea como fuere, a menos de un mes de las elecciones, los catalanes no saben quién de la fila independentista será el propuesto para presidir su Gobierno. A lo mejor el tapado es Romeva.

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