Opinión

Todo a 100

El adelanto de las elecciones en la comunidad de Madrid ha puesto el escenario político nacional patas arriba. Es evidente que Madrid es la joya de la corona y la parcela de poder más apetecida, mucho más que un ministerio y sobre todo ahora que es el tiempo en el que hasta el más majadero puede ser ministro, no me tiren del gas que no voy a dar nombres. A la moción de censura que planeó sobre la capital presentada a plazos por Mas Madrid, el PSOE y Ciudadanos a ver si la tostada caía por el lado de la mantequilla y un pacto soterrado invertía la tendencia, respondió la presidenta Ayuso tirando de la única herramienta posible para defenderse. Convocar urnas.

La revuelta dejó en la calle al conspirador vicepresidente, y animó por sorpresa a otro vicepresidente, el del Gobierno, a abandonar su cargo para capitanear la lista de su partido en esta convocatoria en la que Podemos se juega a doble o nada su futuro. Pero no solo Pablo Iglesias ha dejado plantado al Gobierno del que forma parte con todo por hacer y sin haber rematado nada de lo que se había propuesto. Ahora también planta la secretaria de Estado para el Deporte, la periodista Irene Lozano que ha dejado su tarea a medias para sumarse a la candidatura que presentará el PSOE con Ángel Gabilondo como primer activo.

Activo o no. Gabilondo firmó hace días su finiquito probablemente  sabiendo lo que firmaba porque el dilecto profesor y apreciado intelectual no debe tener grandes deseos de meter el pie en esa selva. Dijo públicamente que, llegado el momento, él con Pablo Iglesias no iría ni a tomar unas cañas al bar de la esquina y ese arranque de sinceridad probablemente no le será perdonado por el presidente Sánchez. De hecho, el muñidor de cámara y chico para todos los juegos de manos, José Luis Ábalos, ya dijo que lo de Gabilondo no debería tomarse al pie de la letra.

Dos días justos después, Irene Lozano dimite del CSD precipitadamente y se incorpora a la fila socialista para conquistar la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol. Poco más hay que especular salvo que Iglesias también ha incluido en su lista a su nueva pareja, Lilith Verstrynge. En el Gobierno queda Irene Montero la madre de sus hijos, bien colocada pero triste. Esto es como un Todo a 100.

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