Opinión

Tres en uno

Haciendo uso de todos sus poderes, el presidente del Gobierno se ha cargado de un plumazo a los delegados gubernamentales de Andalucía, Madrid y Galicia y los ha sustituido por otros en los que tiene más confianza. Hace mucho tiempo, los delegados del Gobierno no pintaban una mierda, y los que de verdad mandaban eran los gobernadores civiles que se convirtieron en figuras decorativas cuando Aznar cambió el reparto de mando para contentar a Pujol, y convirtió los gobernadores en subdelegados. El doctor García Sabell, que inauguró en tierras gallegas el cargo de Delegado del Gobierno, celebró mucho llevar el banderín en el coche oficial que era lo que más le apetecía, y se contentó con ser un señor que influía aunque no mandara. En realidad, no influía un carallo y mandaba menos aún, pero se sentía tan feliz con la pompa y la circunstancia...

Las cosas han cambiado y ahora los delegados mandan. Y hacen lo que les dice su señorito desde Moncloa porque para eso es el presidente del Gobierno. El que tenemos ahora, utiliza la estructura que tiene a su disposición para su propio beneficio, lo ha hecho antes y sigue haciéndolo. Por eso, ha cambiado precisamente a los que le representaban en comunidades en las que gobierna el PP para empezar a jugar a la contra, cosa que los que había no estaban practicando. Y de paso, ha fijado quién es quién, porque ignoro qué van a decir de todo esto Susana Díaz y Gonzalo Caballero pero bien, lo que se dice bien, no ha podido sentarles porque esto va de control territorial, férreo y sin  contemplaciones y Sánchez ha puesto en evidencia que no confía en ninguno de los dos para meter en cintura a estas comunidades levantiscas.

El delegado del Gobierno en Madrid, por su parte se va a sustituir a Irene Lozano en la secretaria de Estado para el Deporte, de donde se infiere que aquí la formación, la idoneidad y el administrado no pintan nada. Uno se puede acostar siendo delegado del Gobierno y despertarse siendo secretario de Estado de Deportes. O director general de Cinematografía, o costalero mayor de la Macarena, o seleccionador nacional de Petanca, que tanto da. Los cargos se nombran en conveniencia. Y así nos va.

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