Opinión

Veamos qué año nos llega

Amuy pocas horas de despedir el año 2020, en todos los círculos de opinión sesudos o anecdóticos, de izquierdas o de derechas, del norte o del sur, de veteranos o de noveles, se desgrana una reflexión compartida. A ver si este año hijo de mala madre se va de una vez y viene otro que nos permita vivir. Desgraciadamente, este deseo reiterado que nos iguala a todos y nos hace más humanos en nuestro personal padecimiento, no tiene pinta de cumplirse al menos por ahora. La ausencia de celebraciones conmemorativas de bienvenida al año nuevo -que en España se manifestaban tomando doce uvas al compás de las campanadas del reloj de la Puerta del Sol- no van a poder escenificarse en esta edición, y la plaza madrileña estará vacía por prescripción facultativa aunque no sola por completo porque un grupo de artistas encabezados por Nacho Cano, van a entonar la conocida canción de Mecano su banda, que desgrana precisamente la ceremonia de comerse esas uvas. La cantarán a coro en honor, homenaje y recuerdo, de las víctimas del coronavirus en esta hora que sigue siendo igual de triste, a la espera de que la vacuna haga su efecto allá apara marzo o abril de 2021. Por desgracia también, el teatro político sigue siendo ridículo y a pocas horas de cambiar la hoja del calendario, nos hemos enterado que Salvador Illa ya no es ministro porque su señorito el presidente Sánchez, quiere aprovechar el personaje titular de Sanidad durante la pandemia para encabezar la candidatura del PSC en las elecciones a la Generalitat de Cataluña. El problema, claro está, no es que Salvador Illa –al que es posible que sustituya Carolina Darías a saber por qué- se vuelva a su tierra, sino que al sujeto al que va a sustituir hay que darle un acomodo acorde con su rango en lugar de cesarlo por inepto. Y un personaje tan endeble y grotesco como Miquel Iceta, cuya prenda principal han sido ser muy animado en las fiestas de partido y destacar en ellas como bailarín, puede ser ministro. Su labor al mando de los socialistas catalanes sea manifestado tan lamentable que no hay más remedio que cambiarlo si se quiere evitar el cataclismo anunciado por las encuestas. Por tanto, se incorporará al Gobierno.

Lo que Sánchez tanto y con tanta saña criticó desde la oposición, es hoy su santo y seña. El año 2021 por tanto, no pinta nada bien. Al menos, de primer momento. 

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