Opinión

Vencedores y vencidos

A los análisis de los resultados producidos en la noche electoral han sucedido en menos de una semana las especulaciones sobre el abanico de acuerdos necesarios para estabilizar los gobiernos municipales y regionales. No es tarea sencilla orientarse por unos caminos complicados, y aquí están los periodistas especializados en la información política llamando a todas las puertas a ver quien les cuenta algo y tirando de calculadora para imaginar y bosquejar el escenario que se prepara para los cuatro próximos años en el difícil universo de las administraciones locales.

Hay pocos casos en el plano nacional como los que nos afectan en el más cercano, porque aquí está todo dicho y no cabe materia especulativa alguna al menos en lo que hace referencia a la mayor ciudad gallega y a la capital provincial. En Pontevedra y su ayuntamiento todo queda como estaba, y en Vigo y el suyo, la mayoría absoluta obtenida por la candidatura de Abel Caballero despeja cualquier duda y tampoco hay conflictos significativos en el ámbito provincial donde salvo situaciones muy puntuales, las cosas están bastante claras.

El PP ha avanzado de forma significativa en la provincia y también lo ha hecho el BNG, cuyos números el pasado domingo lo han catapultado hasta posiciones no soñadas

Caballero ha perdido un concejal, lo cual es prácticamente anecdótico, pero sí es cierto que el PP ha avanzado de forma significativa en la provincia y también lo ha hecho el BNG, cuyos números el pasado domingo lo han catapultado hasta posiciones no soñadas, dibujando con esa progresión en ambos casos un panorama nuevo. Por ejemplo y como espacio sumamente esclarecedor, la Diputación cambia de manos. Seguramente es un punto de inflexión en la política provincial y el argumento más destacado a la hora de abocetar el futuro de la provincia en este periodo que se abre.

Y del mismo modo que hay formaciones que ganan, las hay que pierden, y los perdedores los son sin paliativos. El caso más esclarecedor de dolorosa y contundente derrota lo está viviendo -no solo en Galicia- el doloroso final de ciclo al que se enfrenta Podemos, cuya deriva es hoy ejemplarizante y muestra cómo se pagan los errores cometidos y las decisiones equivocadas. Podemos ha sido borrado del mapa y esa situación incontestable va a producir un verdadero calvario que se traducirá no solo en un varapalo moral sino en un terrible y difícilmente salvable varapalo económico. Podemos recoge a estas horas lo que ha sembrado. Los réditos de una actuación lamentable.

Te puede interesar