Opinión

Hélder Câmara

El papa Francisco acaba de poner en marcha la canonización del que fuera gran apóstol y obispo en Brasil, que luchó con el Evangelio en la mano contra toda opresión social y política. Como también hace poco lo hiciera con monseñor Romero, un mártir defensor de la Iglesia de los Pobres para los pobres como Hélder Câmara, el obispo brasileño.


Francisco está rescatando a quienes defendieron la Teología de la Liberación que su antecesor Benedicto XVI tanto quiso que desapareciera. Nuestro actual sumo pontífice, que “luchó” cuando era arzobispo de Buenos Aires contra la política procapitalista del Opus Dei, rescata a quienes también lo hicieron, Romero y Câmara. De este último recojo de un anaquel uno de los libros que me regaló un gran amigo y misionero en la América hispana, el ourensano Álvaro de Dios Martínez, “Cristianismo, socialismo, capitalismo”, que en su página 15 nos decía: “Como sistemas, el capitalismo y el socialismo son culpables en la práctica de crímenes espantosos”.


Y añadía: “La manera en la que el capitalismo aplasta al hombre es más sofisticada y sutil y procede de la misma naturaleza del sistema, mientras que las bárbaras crueldades que ha cometido el socialismo ruso y chino son crímenes “contra” el verdadero socialismo”.
Hélder Câmara no se anda por las ramas, y en la página 42 del mismo libro afirma: “La libertad religiosa sólo existe en los países capitalistas si la religión, interesada en el mantenimiento del orden social y la autoridad, apoya al régimen establecido”. Después de la caída del muro de Berlín, Câmara decía:
“Nos encontramos en un atolladero”. Y solía afirmar cuando predicaba o hacía declaraciones: “Si doy de comer a los pobres me llaman santo. Si pregunto por qué hay pobres, me llaman comunista”.

Ahora Hélder Câmara, como Óscar Romero, van camino de los altares de la mano de este papa que, vuelvo a decir por enésima vez, nos ha traído un aire nuevo a una Iglesia anquilosada que, en palabras del teólogo, filósofo y escritor Juan Antonio Estrada, “seguimos teniendo una institución cuyas estructuras son previas al Vaticano II (…) Hay que ir contracorriente y superar una fortísima tradición de clericalización de la Iglesia”.
Que el Dios Todopoderoso y Eterno le dé muchos años de vida a Francisco para que no nos encontremos de nuevo con unas estructuras previas al Vaticano II. P.D: ¿Desde cuando la Conferencia Episcopal reunida en Madrid pide por medio de su presidente un minuto de silencio por los ahogados en el Mediterráneo? ¿No procede rezar un Padre Nuestro, señores obispos? ¡Qué progres!

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