Opinión

Cuando el rock'n'roll salió del armario

Decía el afamado periodista e historiador musical Jordi Sierra i Fabra en el segundo volumen de su clásico "Historia de la música rock" acerca del asunto que hoy nos ocupa en estos papeles del rock lo siguiente: “El gay power fue en un comienzo y aún posteriormente, para muchos un estallido multicolor y futurista. Rostros pintados con vivos colores, extravagantes ropajes, lamé y lentejuelas, el mundo de la farándula y del music-hall pasado al rock de los 70, ritmo como fuerza y teatro como base. En suma: una revolución de la estética”.

Ciertamente, pero fue bastante más. En estos días en los que el planeta celebra la reivindicación del orgullo gay en ese saludable y divertido clima de libertad, desenfado y colorido que aún se ve en nuestras calles, aún con independencia de las complicadas y controvertidas relaciones entre el rock y el movimiento LGTB, hacia comienzos de los 70 el rock generó en su seno y en ese momento concreto y singular de su evolución un fenómeno quizá a veces no bien entendido pero en cuyo contexto se dieron las primeras manifestaciones de reivindicación de una sexualidad no convencional y que bien pueden considerarse pioneras en este ámbito de la lucha por la libertad sexual.

Enero de 1972, Londres, revista Melody Maker: David Bowie, que en ese momento disfrutaba de una enorme popularidad merced al éxito de su álbum "Hunky Dory", declara abiertamente en una entrevista publicada en la célebre publicación su condición homosexual. “Soy gay. Siempre lo he sido, desde mucho antes de ser David Bowie, cuando era simplemente David Jones”. Era el primer caso de un músico de rock que rompía con todos los tabúes que existían en la siempre pacata y conservadora Gran Bretaña y que obviamente, provocó un notable escándalo en determinados ambientes, pero que en cierta manera, inició un movimiento de liberación, de desinhibición y de apertura de un nuevo horizonte de cambio para el rock, no solo en la estética, sino también en las letras de las canciones; en ese mismo año, el considerado por muchos alter-ego de Bowie en el Nueva York más sórdido, Lou Reed, edita "Transformer" y en ese disco plasma con una brillante sencillez la historia de “Walk On The Wild Side”. “Holly llegó de Miami, Florida/ se atravesó todo E.E.U.U a dedo/ se depiló las cejas en el camino/ se afeitó las piernas y entonces se hizo ella/ y dice: hey bebe, date una vuelta por el lado salvaje / dice: hey cariño, date una vuelta por el lado salvaje”. Rock transvestido y homosexual en el año 1972, señoras y señores… 

Glam Rock y sus falsos mitos

Con frecuencia se ha asimilado o se ha identificado lo que significó la revolución Gay Power que vino a personificar David Bowie con el fenómeno del Glam Rock en tanto que adoptaron una estética similar y surgieron más o menos al mismo tiempo en términos de impacto mediático y comercial, pero fueron dos fenómenos musicales en esencia muy diferentes; el Gay Power, aunque de una manera más o menos solapada, más literaria, incluso más poética si se quiere, hacía una reivindicación de la homosexualidad como una libertad que se quería practicar y un derecho que se quería ejercer. El Glam Rock no llevó implícita nunca esa reivindicación de manera consciente, ni en sus letras o en la actitud de sus grupos trató de comunicar en modo alguno un mensaje en esos términos. Los tacones de plataforma, los trajes de lentejuelas, los colores chillones y el maquillaje exagerado eran más una forma de provocación en sí misma antes que otra cosa. 

 El Glam Rock fue ante todo, provocación, diversión y sobre todo, rock´n´roll, y hay que decirlo, muy buen rock´n´roll. En Inglaterra, más allá de sus hit-singles pop para el gran público, The Sweet se revelaron en especial en sus actuaciones en directo como una banda de hard rock con un punto macarra absolutamente genial, mientras que los Slade de temas como “Mama Weer’ All Crazee Now!” o “Gudbye T’Jane” podían competir en directo con las vacas sagradas del incipiente heavy metal británico como los mismísimos Led Zeppelin. 

 La versión americana más relevante del Glam Rock tuvo, y tiene, nombre y apellidos: Alice Cooper, Vincent Fournier para los más íntimos. Teatralidad extrema, circo llevado al rock, esperpento, proto-heavy metal y todo ello embadurnado de maquillaje, aunque más de película de terror que de mimo de Marcel Marceau. Aunque en este caso, sí había más allá del puro show, del espectáculo por el espectáculo, una intención, un mensaje que podía conectar, aunque fuera lejanamente, con la filosofía Gay Power. Preguntado en una entrevista fechada en 1972 nuestro hombre acerca de por qué había adoptado un nombre femenino como el de Alice Cooper, respondió: “A esta sociedad que te encomienda unos roles cada vez más precisos, cada vez más estrechos, más represivos, nosotros hemos respondido rechazando incluso nuestro papel biológico. El motor de nuestra vida es el amor, el amor por todos los seres vivos, sin distinción de raza, ideología ni cultura, ni mucho menos de sexo, donde hay amor hay un corazón que late. Nuestra música habla de esto, nuestro cuerpo habla de esto”.  

¿Entiendes…?

Tanto el Gay Power como el Glam Rock fueron difuminándose como tales estilos y/o actitudes a medida que avanzó la década de los 70, pero su huella quedó impresa de manera indeleble en toda la cultura rock. En 1978 Elton John admitió públicamente su condición homosexual, lo cual le costó tener que anular una gira por los USA en 1979 por las protestas y la presión de los lobbies más ultraconservadores. Sin embargo, el mundo gay más underground, más oculto, que se regía por una estética, unos códigos, un lenguaje solo cognoscible por los iniciados en ese mundo, emergió de la marginalidad a través del rock gracias a personajes como Freddie Mercury, que llevó a la imagen de Queen todo el mundo estilístico del movimiento gay, incluso de su vertiente más relacionada sexualmente con el sadomasoquismo –no hay más que ver los videos o las fotografías de Mercury de la época del álbum en directo "Queen Live Killers"- o el cambio de imagen que el cantante de Judas Priest, Rob Halford, llevó a su grupo en 1978 tras su experiencia como actor porno gay, dejando en el baúl desde entonces los pantalones campana y las camisas hippiosas para embutirse en ajustados trajes de látex negro, muñequeras llenas de tachuelas e incluso gorras tipo militar del estilo que usan en los rituales de dominación sadomasoquista los amos en sus fantasías con los esclavos sexuales. Apenas puedo imaginar el shock que debió causar en muchos seguidores del heavy metal impregnados de la mentalidad machista más acendrada el conocer que su estética, su indumentaria, esa imagen que veneran como supuesto símbolo de su masculinidad provenía en el fondo del mundo homosexual sadomaso. 

El mundo lésbico, bisexual y transexual

Obviamente, el mundo del rock y/o si se quiere de la música popular a un nivel más general, no es solo de hombres. El lesbianismo, en justicia hay que decirlo, se reivindicó como tal postura vital y personal antes incluso que la homosexualidad masculina en la figura de la mítica cantante de los años 60 Dusty Springfield –por si no la conoces, la voz del mítico “Son Of A Preacher Man” de la BSO de "Pulp Fiction"- que ya en 1970, dos años antes que David Bowie, se declaró públicamente lesbiana.

Años más tarde y a ese mismo nivel, Tracy Chapman, Courtney Love, viuda de Kurt Cobain y líder del grupo Hole reconoció abiertamente su bisexualidad y admitió haber mantenido una relación sexual con la actriz Winona Ryder. Una de las pioneras del rock argentino, Celeste Carballo, declaró su lesbianismo ante las cámaras de la televisión a mediados de los años 90; Joan Jett, Melissa Etheridge o KD Lang son otros ejemplos notables de lesbiansimo conocido en la música. 

Quizá está menos extendido o es menos conocido, pero también existen algunos ejemplos en el mundo del rock de transexualidad: Mina Caputo (nacida como Keith Caputo el 4 de diciembre de 1973) es actualmente una cantante solista estadounidense más conocida por liderar la banda de metal alternativo Life Of Agony, mientras que en el entorno del Hard Rock melódico, el llamado AOR, es ampliamente conocido el caso de Marcia Free, antes Marc Free, quien en su etapa como hombre antes de cambiar de sexo grabó varios discos con bandas como King Cobra o Unruly Child, ampliamente conocidas en el mundo del AOR. 

Sensaciones, sentimientos, corazones latentes, deseos, sueños… libertad en definitiva que hoy todos celebramos. También la música. Y el rock, por supuesto. 

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